Hoy, hace exactamente un año, millones de estudiantes, docentes, graduados, profesionales y trabajadores de la Universidad Pública Argentina nos encontramos en todo el país no solo para defender, sino fundamentalmente para poner en valor (y vaya si lo hicimos) algo que no solo nos pertenece a nosotros, sino también a la inmensa sociedad argentina. Una sociedad que, con su esfuerzo, hace de nuestra institución universitaria una de las más valoradas del mundo y la reviste de un prestigio inusual en comparación con otras instituciones de su tiempo.
Sin lugar a dudas, quedará en nuestra retina aquella jornada histórica en la que, una vez más, los argentinos dijimos no al ajuste, no al atropello institucional por parte del gobierno, y sí a la ciencia, sí a los sueños, sí al futuro. Porque el 23 de abril no fue solo una marcha: fue una demostración de que, en nuestro suelo, la Universidad Pública no se negocia.
Desde la Federación Universitaria Argentina entendemos el 23 de abril de 2024, indudablemente, como un punto de inflexión para nuestra sociedad. El hartazgo del pueblo frente a los intentos cínicos de desprestigio y embates se hizo sentir en las 23 provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, epicentro de una movilización que quedará para siempre en el sentir de nuestro país.
Con la proclama: “No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la universidad argentina; somos la universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos.” (Documento leído el 23 de abril en Plaza de Mayo)
Se convocó a toda la sociedad argentina a defender lo que le pertenece: la universidad pública, gratuita y de calidad. Sin embargo, a un año de aquella gesta, muchos de los problemas ocasionados por la falta de financiamiento a las más de 60 casas de altos estudios aún persisten:
● El retraso salarial de docentes y no docentes, superior al 35%.
● La falta de convocatoria a paritarias libres con los gremios universitarios.
● La reconducción del presupuesto nacional (una vez más)
● El desfinanciamiento de las áreas de ciencia y técnica.
● La reducción de los gastos de funcionamiento.
● La falta de inversión en obras de infraestructura.
● Y, fundamentalmente para les estudiantes universitarios, el nulo aumento en las becas estudiantiles.
Todos estos problemas, combinados, conforman un combo explosivo que representa una amenaza real y mantiene a las universidades en un estado crítico. Solo se podrá salir de esta situación con unidad y resolviendo los problemas estructurales que atraviesan al sistema. ¡Necesitamos una respuesta del gobierno YA!
La tapa del diario Clarín tras la masiva movilización del 23 de abril de 2024.
De acuerdo con la Ley de Educación Superior N.º 24.521, “el Estado nacional es el responsable de proveer el financiamiento, la supervisión y fiscalización de las universidades nacionales […]” (art. 2°).
Para ello, en cada ley anual de presupuesto se debe establecer el crédito necesario para financiar los gastos de funcionamiento, inversión y programas especiales de las universidades nacionales. Es por esto que, más allá de los problemas y amenazas, también reconocemos oportunidades y desafíos.
¿Qué camino seguir? Desde la Federación Universitaria Argentina somos conscientes de que lo que nos trajo hasta acá fue la unidad en la acción de todos los sectores que componen el sistema universitario, pero, fundamentalmente, una alianza estratégica con la sociedad. Nada puede cambiar si no hay una sociedad dispuesta a provocar ese cambio. Y es allí donde radica el principal desafío en este 2025.
Debemos ser inteligentes y, sobre todo, creativos para convencer a nuestra ciudadanía de que sin una institución universitaria fuerte no hay futuro posible para el país. Esa misma sociedad, que en 2024 acompañó nuestra movilización, es la que sostiene día a día —con su esfuerzo— la tarea cotidiana de nuestras universidades.
Creemos que estamos en un momento crucial para el futuro de la Argentina. Entendemos que hay una oportunidad histórica para recuperar la discusión universitaria a través de una Ley de Financiamiento Universitario que no solo contemple las demandas antes descriptas, sino que también vaya más allá: que otorgue previsibilidad, que establezca un mecanismo de asignación específica de fondos para las universidades y que logre sortear la arbitrariedad y discrecionalidad con la que el gobierno pretende “solucionar” los problemas del sistema.
Todo eso, sumado a la visibilización, la sensibilización y el diálogo permanente con todos los actores, puede ser la clave para desanudar este conflicto que hoy nos mantiene en vilo y lograr que, de una vez por todas, la Universidad Pública vuelva a ser una prioridad en la Argentina.
Sobre la firma
Joaquín Carvalho
Presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA).
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