La ofensiva de los sectores del Vaticano que quieren dar una vuelta de página al papado de Francisco y poner en el trono de Pedro a un cardenal que no les resulte cuestionador de sus usos y costumbres como, en cambio, lo hacía Jorge Bergoglio, que hablaba de las “enfermedades de la curia romana», empezó a salir a la superficie enCónclave para elegir nuevo pontífice.
Video
Y como en la Iglesia importan tanto los silencios, con frecuencia incluso más que las palabras, el hecho de que el decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Re, haya omitido mencionar al Papa Francisco en la homilía de la misa previa al cónclave llamó la atención. Citó a Pablo VI y a Juan Pablo II, pero no al argentino.
Tampoco se les pasó por alto a quienes siguen con atención los sutiles movimientos de los altos eclesiásticos el caluroso abrazo que Re le dio en esa celebración al cardenal Pietro Parolin, uno de los candidatos más mencionados para suceder a Francisco y el anhelo que le transmitió: “Te deseo lo mejor”.
Video
La interpretación de los observadores fue tan unánime como obvia: Re estaba apoyando la candidatura de Parolin como garantía del statu quo curial. No obstante, no se cuenta entre los electores porque tiene 91 años. Si hubiese entrado debería haber presidido el cónclave, pero se acordó que sea Parolin.
Este jueves, tras la segunda fumata negra, Re dijo que creía que, de una de las dos votaciones de la tarde, surgiría el nuevo papa. O sea, descontaba el rápido consenso en torno a Parolin. “Espero que al regresar esta noche a Roma haya fumata blanca”, dijo en Pompeya donde asistía a una festividad religiosa.
Sin embargo, las actitudes y palabras de Re, dejando de lado a Francisco y respaldando a Parolin, podrían haber tenido un efecto contrario al buscado. Dicho de otra manera: podrían haber perjudicado la candidatura de quién fue hasta ahora el secretario de Estado del Vaticano.
En la elección de un papa es clave para los cardenales la discreción en torno a las candidaturas. Así como las insistentes menciones en los medios de posibles papables perjudica a éstos, las campañas desembozadas a favor también terminan siendo contraproducentes.