¿Alguna vez pensaste qué significa realmente que algo sea filoso? No se trata solo de cuán fácil corta, sino de lo que ocurre a escala microscópica cuando algo atraviesa otro material. Desde un cuchillo de cocina hasta una hoja de papel, la capacidad de cortar está relacionada con cómo se distribuye la fuerza en el filo y con la estructura del material que queremos cortar.
Pero si llevamos esta curiosidad al extremo, la pregunta se vuelve más intrigante: ¿Cuál es el objeto más filoso que existe? La respuesta no está en una cocina ni en un laboratorio común. Se esconde en una herramienta de precisión usada en el campo de la ciencia, con un filo tan extremo que alcanza la escala de los átomos.
La aguja más filosa jamás creada por el ser humano
Hace algunos años, un grupo de investigadores logró crear una animación insólita usando átomos como si fueran píxeles. Para hacerlo, utilizaron una aguja tan fina que podía mover átomos individuales sobre una superficie de cobre. Esa hazaña fue posible gracias a un microscopio de efecto túnel (STM, por sus siglas en inglés), una herramienta desarrollada en los años 80 que revolucionó la ciencia.
Lo asombroso es que la punta de esa aguja no tiene apenas unos micrones de diámetro, sino que mide lo mismo que un solo átomo. Esa escala extrema permite manipular la materia con una precisión absoluta, tan filosa que podría considerarse, hasta hoy, el objeto más filoso jamás construido por el hombre.
El STM no corta en el sentido clásico, pero interactúa con los átomos a nivel individual, generando señales que los científicos pueden traducir incluso en sonido, como si se tratara de un tocadiscos atómico. Esta capacidad de «tocar» átomos redefine lo que entendemos por filo.
La punta del STM es tan pequeña que interactúa con la materia a escala atómica. Foto: Freepik.
El material natural más filoso: un vidrio de origen volcánico
Si hablamos de materiales naturales, el campeón absoluto del filo es la obsidiana, una piedra volcánica que fue fundamental para muchas culturas originarias de América. Este vidrio natural se forma cuando la lava se enfría tan rápido que no llega a desarrollar cristales. Un material liso que, al fracturarse, genera bordes increíblemente finos, tan delgados como una molécula.
La obsidiana fue utilizada por los pueblos mesoamericanos para fabricar cuchillas y armas. Foto: Wikipedia.
Algunos pueblos originarios de América, como los aztecas, usaban la obsidiana para crear cuchillas que se usaban tanto en cirugías como para hacer armas. Con espadas de madera incrustadas con hojas de obsidiana, conocidas como maquahuitl, podían infligir cortes precisos y letales, al punto que las crónicas describen cómo eran capaces de decapitar caballos.
Hoy, esta piedra volvió a ganar protagonismo en el campo quirúrgico: se producen bisturís de obsidiana que permiten realizar cortes mucho más finos que los del acero.
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