Con la llegada del otoño y los primeros días fríos, muchos empiezan a desempolvar los acolchados y frazadas que estuvieron guardados durante todo el verano. Antes de volver a usarlos, es fundamental darles una buena lavada. Pero surge la duda habitual: ¿es seguro meterlos en el lavarropas o corremos el riesgo de arruinarlos?
La respuesta es que sí se pueden lavar en casa, pero siguiendo ciertos cuidados. No se trata solo de que entren en el tambor, sino de elegir bien el ciclo, el tipo de detergente y prestar atención al secado. Hacerlo de forma incorrecta puede dañar la tela, deformar el relleno o dejar malos olores.
Qué tener en cuenta antes de meter el acolchado al lavarropas
No todos los acolchados son aptos para lavar en casa. El primer paso es evaluar el tamaño del acolchado y el tipo de lavarropas que tenés. Los lavarropas con capacidad de 8 kilos o más suelen tolerar, sin problema, acolchados de una plaza, y en algunos casos también de dos plazas, siempre y cuando no sean muy gruesos.
Es importante que la prenda entre en el tambor sin necesidad de hacer fuerza, y que al girar, el acolchado tenga espacio para moverse.
Intentar forzar un acolchado muy grande dentro del lavarropas puede tener consecuencias negativas. No solo se corre el riesgo de arruinar el acolchado, sino también de sobrecargar el motor del equipo, lo que puede provocar fallas o incluso roturas.
Forzar el lavarropas con prendas demasiado grandes puede dañar el motor y la tela.Foto: Freepik.
Cómo lavar los acolchados sin arruinarlos
Una vez que te aseguraste de que entra con espacio suficiente, es clave elegir un programa de lavado suave, como el que se usa para ropa delicada o de cama. Lo ideal es usar agua fría o tibia, ya que el agua caliente puede dañar el relleno y encoger las telas.
Preferí detergente líquido en lugar de en polvo, porque se enjuaga mejor y no deja residuos. Y un detalle que muchos pasan por alto: si el acolchado tiene relleno, evitá el suavizante. genera olor a humedad.
Lavar bien los acolchados antes de usarlos elimina polvo, ácaros y olores acumulados. Foto: Freepik.
Una vez lavado, no alcanza con colgarlo al sol sin más. Para evitar que se junte humedad o moho, lo ideal es colgar el acolchado bien extendido, en un lugar aireado, y darlo vuelta cada tanto para que se seque de forma pareja. Si usás secarropas, elegí una temperatura baja o un modo delicado.
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