Un violento incidente conmocionó a los pasajeros de un colectivo de la Línea 60 en la localidad de Rincón de Milberg, municipio bonaerense de Tigre, cuando el chofer, en medio de una fuerte discusión con uno de los hombres que viajaba, exhibió un arma blanca y estuvo a punto de agredirlo en varias oportunidades.
Ante la consulta de LA NACION, fuentes de la empresa DOTA (dueña de la unidad) informaron que, por el momento, se decidió cortarle el servicio al conductor y se le inició un sumario administrativo. Ahora, el trabajador tiene legalmente cinco días para hacer su descargo o defensa. “Después del hecho, el chofer solicitó la intervención de la ART en la que adujo haber sufrido agresión de un pasajero”, agregaron.
El suceso, registrado en video por una pasajera y que se volvió viral en las últimas horas, mostró el instante en que un hombre confrontó al conductor (por motivos que aún no quedan claros), quien reaccionó, frenó con brusquedad el vehículo y extrajo un cuchillo de entre sus pertenencias. “¿Qué hacés?“, le decían desesperados algunos de los presentes.
Las imágenes capturaron la tensa secuencia en la que el conductor lanzó peligrosas puntadas, al menos dos, contra el pasajero. El usuario, de manera instintiva, retrocedía hasta el fondo de la unidad. En un momento, alcanzó a tocar en el rostro al chófer.
La situación escalaba en violencia mientras el resto del pasaje descendía a los gritos. Había personas que suplicaban que cesara la agresión porque, aducían, había un niño a bordo del ómnibus. “¡Estás grabado!”, le gritaba al conductor la mujer que no dejaba de filmar.
El pasajero agredido continuó enfrentándose al conductor mientras le decía “¡dale, dale!“, hasta que este finalmente lo obligó a bajar. De acuerdo al video, una de las últimas en abandonar el colectivo fue la mujer que grabó el incidente. Tras desalojar a todos los pasajeros, el chofer se giró con el cuchillo en alto, momento en que la usuaria lo increpó: “¿Me vas a apuñalar a mí?”. El conductor intentó tomarla del brazo, exigiéndole también que se bajara. “¡No me toques porque no te estoy tocando!”, respondió la pasajera con firmeza.