El frío y la necesidad de ahorrar en gas y electricidad llevan a muchas familias a buscar alternativas para hacerle frente a las bajas temperaturas. Un aislante térmico es una de las mejores opciones para mantener el calor del hogar.
Hay varias opciones de aislantes pensados para evitar los cambios drásticos de temperatura que puede sentir uno al llegar de la calle.
Si bien es algo que uno puede resolver sin ayuda profesional, se recomienda consultar con un especialista para elegir la mejor alternativa disponible en el mercado.
Al igual que con el cuerpo humano, lo que debemos evitar es la pérdida de calor más que el ingreso del frío. También, la pérdida de energía.
Qué es bueno para aislar el frío
En viviendas de un piso, las principales pérdidas de calor se reparten de la siguiente manera: 25 a 30% por puertas y ventanas, 25 a 30% por techos y cielorrasos, 20 a 25% por muros, 3 a 5% por pisos y 10% por renovación del aire (ventilación e infiltración a través de las rendijas de puertas, ventanas).
Para conservar energía los expertos recomiendan estar atentos al local, la orientación de la edificación, el tamaño, forma y sistema constructivo, los hábitos de vida de su familia, el tipo y eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración instalados.
Entre los materiales aislantes más utilizados figuran las placas de poliestireno expandido constituidas por un termoplástico celular compacto, con un 2% de material y un 98% de aire, lo que brinda una gran capacidad de aislamiento térmico.
Entre los materiales aislantes más utilizados figuran las placas de poliestireno expandido.
Estas placas son livianas, de color blanco, rígidas, y prácticamente impermeables lo que les permite mantener inalterable su capacidad de aislación. Además, son resistentes a hongos, insectos y roedores.
La fibra de roca o vidrio es ligera, incombustible y no inflamable. Además, no emiten gases tóxicos, aún en caso de incendio. Su inconveniente es que absorbe fácilmente la humedad, razón por la cual debe estar siempre bien protegida.
La lana mineral se elabora a partir de rocas ígneas con alto contenido de sílice y pequeñas cantidades de basalto y carbonato de calcio. Es más densa que la fibra de vidrio. Su alto punto de fusión le permite mantener sus propiedades aislantes inalteradas incluso a temperaturas muy elevadas. Viene en colchonetas, rollos, bloques y caños premoldeados.
Para conservar energía los expertos recomiendan estar atentos al local, la orientación de la edificación, el tamaño, la forma y el sistema constructivo.
La lana de vidrio se fabrica al fundir arenas con alto contenido de sílice y agregar carbonato de calcio, bórax y magnesio. Generalmente muy liviana y flexible, se presenta suelta o en forma de planchas o rollos. Es uno de los aislantes térmicos más utilizados y, además, un excelente absorbente acústico.
La espuma de poliuretano puede venir en rollos o ser aplicada en spray o mediante inyección en paneles aislantes compuestos. Al aplicarla en spray en la etapa de construcción actuará como aislante y reducirá las pérdidas de aire en la estructura edilicia. Es económica, rápida de instalar, liviana y sirve como barrera contra la humedad, pero debe ser cubierta o protegida contra incendio.
La membrana de aluminio, liviana y económica viene en rollos y se aplican con adhesivos especiales. El hecho de reflejar el calor las hace muy apropiadas para las condiciones tropicales. En los climas secos, permite mantener un contenido de humedad agradable y fresco. En los climas húmedos, evita el ingreso de vapores indeseables.
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