Es una tradición, y como tal, se la respeta todos los años. Puede variar el día, pero es como una peregrinación anual a la colina donde está la Paroisse Saint Nicolas, la Parroquia de San Nicolás. Allí, el alcalde de Cannes, David Lisnard, organizó un almuerzo para la prensa asistente al Festival de Cine, el ‘L’Aioli de la press internationale’, que –siempre- cuenta con la presencia del Jurado del Festival, y donde se sirve el famoso plato francés Aioli (pescado con salsa de ajo y mayonesa).
También se invita a vecinos de Cannes. O al menos, esta vez había algunos colados.
El acceso al lugar no es sencillo, pero más de un visitante o turista lo hace a cualquier hora del día: la vista de la ciudad, la playa y las embarcaciones es magnífica desde aquí arriba, en la Place de la Castre – Le Suquet. Hay que subir unas escaleras que van dando la vuelta, pero si no se está en forma, se puede llegar por otro camino asfaltado, más largo e igualmente en ascenso. Por allí llegan los automóviles negros que traen a los miembros del Jurado.
Al ingresar, señoras, señores, niñas y niños de todas las edades están ataviados con vestimenta suponemos típica del lugar, y muestran sus sonrisas y flores, mientras una banda de músicos vestidos de azul, y de pie, recibe a los invitados.
Juliette Binoche, sentada a la mesa. ¿Me pasás el pan, s’il vous plaît? Foto Enviado especial
La música es, digamos, algo ecléctica. A alguna chanson francesa le sigue un hit de los Village People.
El lugar es abierto y al aire libre. Los Jurados estarán sentados al fondo -al fondo siempre hay lugar, como en todo el mundo-, y no ingresarán por donde lo hizo apretujadamente la prensa. Se entiende: a una comida gratis no hay que decirle que no.
La mesa principal espera por 19 comensales (9 son los miembros del Jurado), y nadie se sentará en ninguna de las dos cabeceras. Las mesas rectangulares dispuestas para los invitados son similares a la que sientan a almorzar al Jurado. Hasta las sillitas son iguales.
Con sus compañeros del Jury, los estadounidenses Halle Berry y Jeremy Strong, en la inauguración. Foto AP
Pero el evento es también como un casamiento o una fiesta de 15: no se puede empezar a comer hasta que llegan las figuras estelares, en el caso Juliette Binoche, presidenta del Jury, y los otros.
Suenan las campanas de la Parroquia, que se confunden con la música grabada que se empieza a escuchar: Le Carnival des animaux, de Camille Saint-Saëns, que es la musiquita con que arranca cada proyección oficial. Se ve que hasta trajeron al locutor que anuncia a las figuras que recorren la alfombra roja en las galas del Festival, porque su voz es siempre reconocible.
Y ahí sí, vemos detrás de una valla, porque no es cuestión de pedirle una selfie a la Madame Le Présidente: la actriz de El paciente inglés, Bleu y Chocolate, a quien le sacan fotos con el fondo de un lienzo en el que la pintaron a ella. Jeremy Strong, el actor de Succession e integrante del Jury, mantiene su pose caracúlica que le vimos durante todo el Festival.
Leonardo DiCaprio la acompañó en la apertura de la 78° edición del Festival. Foto AP
A lo mejor no le gusta el pescado. Los miembros del Jurado firman el libro de invitados, y a los bifes. O mejor dicho, al pescado.
Ahora sí, habrá entonces que pararse, hacer la fila y que nos sirvan el pescado y aledaños. No, La Binoche, como se la llama aquí, no tiene que levantarse de su silla para buscar el pescado. Y no, quienes sirven el pescado y el resto, de blanco y con su gorrito de chef, no son de Cannes como los de la entrada.
La fila la hacemos todos: prensa internacional, los que estaban vestidos como de época, los de la banda de músico y hasta el cura.
Todo sea por el aceite de oliva
Y al que no le gusta el pescado, también puede retirar su botellita de aceite oliva. Es que el souvenir que los comensales se llevan de recuerdo es una botellita de aceite de oliva con la etiqueta que testimonia que corresponde a esta edición del Festival de Cannes.
A la salida –no esperamos el postre- vemos que algunos miembros de la prensa internacional se acuerdan de la organización y de la madre del alcalde porque, al llegar tarde, no la dejan acceder al almuerzo. También a unos policías con cajas rectangulares blancas, seguramente con comida adentro. Ya que estamos, ingresamos a la Parroquia, con las imágenes de Notre-Dame de Lourdes y de Sainte Rita.
Y a seguir viendo cine, que a eso vinimos.
Sobre la firma
Pablo O. Scholz
Editor de la sección Spot / Espectáculos [email protected]
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