José Barco llegó a Estados Unidos desde Venezuela a los 4 años. A los 17, se enlistó en el Ejército estadounidense, participó en decenas de misiones en Irak y salvó la vida de compañeros en un atentado suicida. A pesar de su heroísmo y de sufrir lesiones físicas y mentales, su solicitud de ciudadanía fue negada dos veces; ahora se enfrenta a una segunda deportación, mientras espera encarcelado por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Frontline, el documental que retrató los horrores que vivió en la guerra de Irak
El documental de PBS Frontline (2010) en el episodio El Pelotón Herido, revela como Barco, junto a otros soldados del 3.er Pelotón de Fort Carson, desarrolló trastornos como TEPT y lesiones cerebrales traumáticas (LCT), condiciones que desencadenaron comportamientos erráticos y violentos al regresar del campo de batalla.
José Barco relató sus vivencias. “Debes ser insensible. Si no lo estás, te vuelves loco”, comentó sobre su paso por Irak. Después de su servicio, Barco cayó en una espiral de alcohol, insomnio y consumo de psicofármacos. En 2008, disparó en una fiesta tras confundir una situación con un ataque, que lo llevó a herir a una joven. Fue condenado a 50 años de prisión por intento de homicidio, aunque finalmente cumplió 13 años.
Frontline documenta cómo muchos veteranos de Fort Carson presentaron cuadros similares, con múltiples casos de asesinatos, suicidios y problemas de salud mental no tratados adecuadamente. El sistema de salud del Ejército, desbordado y mal equipado, recetaba antidepresivos y sedantes sin seguimiento médico. Actualmente, el documental ya no se encuentra disponible, pero aún se pueden ver algunos extractos.
Deportación y ciudadanía estadounidense negada después de luchar por el país
José Barco solicitó la ciudadanía dos veces. La primera solicitud se perdió, y la segunda fue rechazada tras su condena. A pesar de haber servido con distinción, su estatus legal nunca fue regularizado. Tras su liberación en 2025, fue deportado por el ICE debido a su historial criminal agravado.
Fue trasladado a Honduras, desde donde debía ser enviado a Venezuela. Sin embargo, las autoridades venezolanas rechazaron su ingreso, al alegar que sus documentos eran falsos. Y al no poder ingresar a su país natal, Barco fue devuelto a Estados Unidos y quedó detenido en Texas, en un limbo migratorio.
“Mi sacrificio no significó nada. Soy un hombre sin país”, declaró Barco en audios difundidos por CNN.
Gracias a una moción presentada por su abogado, un juez ordenó reabrir su caso migratorio. José Barco podría evitar la deportación si se demuestra su derecho a permanecer en EE.UU., posiblemente bajo una figura de protección por su condición de veterano con discapacidades mentales producto de la guerra.
José Barco fue liberado de prisión, pero ICE ya lo esperaba
José Barco, veterano de la guerra de Irak, fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras salir de prisión en Colorado a principios de 2025. Fue detenido, apenas recobró la libertad, según denunció su familia, a pesar de que el estado de Colorado tiene políticas que limitan la colaboración con las autoridades migratorias federales.
“No sabían qué hacer con él”, explicó su abogado a CNN, Kevin O’Connor, quien confirmó que actualmente permanece bajo custodia del ICE en Colorado. El abogado afirmó que Barco vive en un “limbo legal” y que su caso se reabrirá tras la negativa de una primera audiencia de fianza por supuesta falta de jurisdicción.
Barco asegura sentirse desamparado tras servir en combate. “Soy básicamente un hombre sin país”, declaró. La organización LULAC (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos) advirtió que su deportación aún es posible, incluso a países donde nunca ha vivido o podría correr peligro.
Su defensa adelantó que Barco negará los cargos que podrían justificar una nueva deportación, mientras lucha por permanecer en suelo estadounidense.