Las costuras de una pelota de béisbol no son solo un detalle estético: influyen directamente en el vuelo y el comportamiento del lanzamiento. Un estudio reciente confirmó que su orientación afecta la resistencia del aire, un factor clave para el desempeño en el campo.
¿Cuántas costuras tiene una pelota de béisbol y para qué sirven?
Una pelota profesional cuenta con 108 costuras cosidas a mano. Estas unen dos piezas de cuero que envuelven un núcleo central de corcho o caucho. De acuerdo con un estudio de Research Square, el patrón de costura actual se usa desde 1876, cuando la Liga Nacional estandarizó su diseño.
El diseño no solo da agarre, sino que también modifica la aerodinámica de cada lanzamiento. Otro estudio de Lloyd Smith, ingeniero mecánico de la Universidad Estatal de Washington, y Andrea Sciacchitano, de la Universidad Tecnológica de Delft, cuenta que las costuras alteran el punto de separación de la capa límite del aire en torno a la pelota.
¿Para qué sirven las costuras de las pelotas de béisbol? Funciones clave
Las costuras rojas visibles en la pelota de béisbol cumplen múltiples funciones estratégicas y técnicas:
- Visibilidad para el lanzador y el receptor: ofrecen contraste visual con el cuero blanco y facilitan el agarre adecuado para distintos lanzamientos, lo que influye directamente en la rotación y trayectoria.
- Visibilidad para el bateador: permiten detectar el tipo de lanzamiento en función del giro que imprimen los dedos del lanzador, lo que ayuda al bateador a anticipar el movimiento.
- Control y aerodinámica: las 108 costuras elevadas modifican el flujo de aire, lo que genera turbulencias que permiten mayor control y variación en los lanzamientos.
Por otro lado, más allá de lo funcional, las costuras rojas se convirtieron en un símbolo icónico del béisbol. Ya son parte de la estética clásica del juego, reconocibles al instante y asociadas con su rica historia y tradición.
¿Cómo influyen las costuras en la aerodinámica de la pelota?
Los lanzadores profesionales pueden superar los 160 kilómetros por hora. Aunque la media está entre 144 y 153 km/h. A esas velocidades, cada aspecto aerodinámico cobra relevancia. La interacción entre costuras y flujo de aire incide en el tipo de lanzamiento y en su trayectoria.
Smith y Sciacchitano midieron la resistencia del aire con un sistema de láser guiado. Descubrieron que:
- La resistencia era mayor cuando las costuras estaban orientadas a 45 grados respecto al eje de giro.
- Las pelotas probadas en vuelo libre mostraron menor resistencia que las examinadas en túnel de viento.
El giro, la altura de las costuras y su posición relativa explican estas diferencias.
Un poco de historia: de la “pelota muerta” a la “pelota viva”
Según Research Square, antes de 1920, los equipos usaban la misma pelota durante gran parte del juego. El desgaste reducía su elasticidad y provocaba menos jonrones, lo que llevó a una era más estratégica.
Con el cambio de reglas y pelotas nuevas por entrada, los partidos ganaron dinámica. Hoy, se usan hasta diez docenas por juego en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés), todas tratadas con lodo para mejorar el agarre.
Cada contacto, deslizamiento o mancha, incluso en las costuras, puede alterar el comportamiento de una pelota. Por eso, se reemplazan con frecuencia. Además, los bateadores prefieren pelotas en óptimas condiciones.