Niza, enviada especial
Frente al Mar Mediterráneo, en pleno puerto de Niza y en el escenario internacional de 70 jefes de estado o primeros ministros y Altezas, el presidente argentino menos verde, JJavier Milei, llegó a la más ecológica de las conferencia a las que ha asistido, organizada por un organismo que desprecia. Es la cumbre de los Océanos de las Naciones Unidas, presidida por Francia y Cosa Rica, en el puerto de Niza.
El alto nivel de los océanos, la urgencia de actuar , el plástico que lo contamina , los países que se ven desaparecer ante el avance de las aguas y su financiamiento son parte de este escenario, que el presidente argentino escuchó en primera fila junto a su hermana Karina, secretaria General de la Presidencia, el canciller y el embajador en Francia, Ian Sielecki. Hasta que se aburrió y regresó al hotel para esperar su reunión bilateral con Emmanuel Macron, que se produjo después, al mediodía..
Milei tenía otras intenciones en este cumbre: complacer al presidente de Francia Emmanuel Macron que lo invitó, agradecer su apoyo en las negociaciones del FMI y mantener una relación bilateral para discutir los nuevos reactores pequeños, útiles para la inteligencia artificial, para los que Argentina busca financiamiento y, sorpresivamente, reformular el reavivado Mercosur. Este acuerdo del que Milei quería retirarse y Macron anular, ha sido resucitado como un producto de los tiempos trumpistas y la reestructuración de un nuevo mundo.
Milei está dispuesto a plumerearlo y aceptarlo. Macron está listo a aplicar nuevas “cláusulas espejos”, y de “salvaguarda” . Después de años de negarse a firmarlo o declararlo “vintage”, está listo a adecuar un documento que ha cumplido 35 años y que los agricultores franceses ven como una amenaza a su producción, en una salvación para tiempos difíciles en un mundo impredecible.
Estas son las razones para que el presidente argentino y su mini delegación llegaron ayer casi a medianoche a Niza desde España y retrasando un par de horas su partida a Israel hoy.
Milei en una conferencia por los océanos
En un Mercedes Benz negro alquilado y una combi, la delegación argentina llegó el lunes temprano al Puerto de Niza, blindado para recibir a las delegaciones y con el mayor despliegue de seguridad que recuerde esta ciudad mediterránea .
Estaban acompañados por el embajador argentino Ian Silecki, a quien le tocó la difícil misión de coordinar todo, asegurar la reunión bilateral con presencia de más de 70 jefes de estado y Macron presidiendo la conferencia .Pero sobre todo conseguir hotel y automóviles alquilados en muy pocos días, cuando los hoteles en Niza estaban reservados desde un año atrás. Aún con sus contactos directos con Emmanuel y Brigitte Macron, fue una misión difícil. Pero Milei solo durmió una noche en Francia, fue a la conferencia y de allí a Israel.
El presidente argentino no acepta hoteles cinco estrellas. Se alojó en el hotel Radisson Blu, un cuatro estrellas frente al mar Mediterráneo, cubierto de barcos militares y gomones de las fuerzas especiales .Francia se encuentra en un contexto de guerra híbrida con Rusia y teme un atentado, como el que dejó al festival de Cannes y la Costa Azul sin luz semanas atrás .Pagó una suite a un precio “razonable”. Los precios de los hoteles son astronómicos en Niza durante la cumbre.
La resurrección del Mercosur
No hubo una agenda establecida entre ambos presidentes sino la idea de consolidar la relación bilateral para aceitar las inversiones francesas en Argentina, que ya han comenzado a llegar. El plan nuclear, y los reactores pequeños que Argentina ha diseñado y que pueden contribuir a las necesidades de energía que demanda la inteligencia artificial fueron otros de los temas.
Durante varias semanas discutieron la necesidad un memorándum de los minerales críticos, que parece el tema “trumpista en las nuevas relaciones diplomáticas. Se pensó en firmar un memo pero solo quedó establecido que es un tema que quieren desarrollar. No habían alcanzado el nivel de intercambio para que lo firmaran los presidentes. La semana próxima llegará la ministra de Minería de Mendoza para conseguir una agenda fuerte sobre el tema.
Inesperadamente resucitó la importancia del Mercosur. Francia ya no quiere anularlo para complacer a sus agricultores sino agregar “salvaguardas”, “cláusulas espejo” y firmarlo “antes de fin de año”
Su renacimiento no es un éxito argentino sino la perseverancia y el hábil pragmatismo de Lula da Silva, el presidente de Brasil, que estuvo esta semana en visita de Estado en Francia. Es Brasil el mayor militante del Mercosur y esa era una de sus misiones en París.
Javier Milei y Emmanuel Macron
Brasil tiene una alianza estratégica firmada por el presidente francés Nicolas Sarkozy y Lula , que incluye la fabricación de submarinos. Durante la visita de Estado de Lula a París , Emmanuel Macron afirmó estar dispuesto a firmar un acuerdo con los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) «antes de fin de año», siempre que incluyera «cláusulas espejo» o «cláusulas de salvaguardia».
Si bien Francia se ha opuesto hasta ahora a la firma de un acuerdo de libre comercio con los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), la habilidad de Lula y su decisión de participar activamente en la conferencia de los océanos, que aparecía desinflada para Macron, parece haber cambiado la situación. Lula, recordando que asumiría la presidencia de la alianza comercial sudamericana durante seis meses, expresó su optimismo sobre un resultado positivo y luego fue uno de los inesperados oradores en la conferencia de los océanos.
«Debemos firmar urgentemente» es la convicción actual , que antes solo defendía Alemania. El presidente Donald Trump está permitiendo que el tratado UE-Mercosur vuelva a entrar por la puerta grande, cuando estaba muy subestimado.
«En Europa hemos establecido normas para nuestros agricultores», continuó Emmanuel Macron. «Les dijimos: ‘Ya no deben usar tales o cuales productos fitosanitarios para la producción porque no son buenos para el clima, la biodiversidad ni la salud humana'». Si quieren producir en el Mercosur e importar estos productos a Europa, deben estar sujetos a las mismas normas» aseguró.
Al preguntársele posteriormente si tenía intención de firmar el acuerdo de libre comercio si el Mercosur aceptaba estas condiciones, el presidente francés respondió: «sí», «antes de fin de año».
¿Qué permite el Mercosur?
El texto permite a la UE exportar más automóviles, maquinaria y bebidas alcohólicas, entre otras cosas. A cambio, facilitaría la entrada de carne, azúcar, arroz, miel y soja sudamericanos.
Además de la fuerte oposición de la comunidad agrícola francesa, el país había puesto en marcha numerosas iniciativas europeas en los últimos meses para intentar bloquear su adopción. En el Salón Agrícola de París del pasado febrero, Emmanuel Macron declaró que el acuerdo, en su estado actual, «era un mal texto».
«Haremos todo lo posible para evitar que siga su curso, para proteger la soberanía alimentaria francesa y europea», añadió. Pero los tiempos han cambiado y Macron y Milei discutieron el futuro del Mercosur, que Francia quiere firmar a fin de año.
Con el objetivo de liberalizar el comercio entre la UE y cinco países latinoamericanos, el acuerdo comercial del Mercosur se firmó el 6 de diciembre de 2024. Aún necesita ser ratificado para su entrada en vigor.
El Mercosur representa más del 80% del PBI de América Latina. Una quinta parte de la economía mundial y 750 millones de personas: este es el tamaño actual de la Unión Europea y los cuatro países fundadores del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Esto da una idea de las consecuencias de un posible acuerdo de libre comercio entre estos dos gigantes comerciales.
Ursula von der Leyen anunció en Uruguay un acuerdo con países latinoamericanos pero debe ser ratificado. Hasta ahora Francia se oponía y Alemania lo alentaba.
Javier Milei se reunió con Emmanuel Macron en Francia.
Aranceles
Las empresas europeas se enfrentan actualmente a barreras comerciales al exportar a esta región. El Mercosur aplica aranceles del 27% al vino y del 35% a los automóviles y la ropa importados de la UE. Diversas normas y regulaciones también imponen procedimientos a los exportadores europeos para demostrar que los productos de la UE cumplen ciertos requisitos de seguridad alimentaria o zoo-sanidad.
Las empresas brasileñas o argentinas enfrentan restricciones similares si desean exportar a la Unión Europea.
La Unión Europea tiene actualmente cerca de 50 acuerdos comerciales con países de todo el mundo. Estas alianzas, ya sean más o menos integrales, siempre incluyen una reducción de los aranceles. El acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur prevé la eliminación de más del 90% de los aranceles aduaneros impuestos por el Mercosur y la UE a los productos de ambas orillas del Atlántico.
Esto ampliaría la apertura del mercado europeo a los productos agrícolas sudamericanos, mediante la introducción gradual de cuotas. En última instancia, 99.000 toneladas de carne de vacuno al año, por ejemplo, podrían entrar en Europa con un tipo preferencial (7,5%), así como 60.000 toneladas de arroz y 45.000 toneladas de miel sin barreras arancelarias.
Los aranceles aduaneros del Mercosur se eliminarían gradualmente para automóviles, maquinaria, productos químicos, ropa, vino, fruta fresca y chocolate procedentes de Europa.
Los mecanismos de salvaguardia permitirían a ambas partes limitar temporalmente las importaciones en caso de perjuicio grave para sus economías. El Mercosur también reconocería 350 indicaciones geográficas de la UE, que protegen de la falsificación productos europeos de alta calidad, como el prosecco italiano o el queso Roquefort francés.
Cláusulas espejo y ambientales
París ha cambiado de opinión con respecto al Mercosur. Criticaba la competencia de los agricultores sudamericanos y las diferencias en los estándares de producción. Una reducción de los aranceles aduaneros podría provocar un aumento de las importaciones de productos agrícolas sudamericanos, en particular de carne de vacuno.
Los ganaderos franceses temen esta mayor competencia de la carne, que consideran desleal , debido a los menores costos de producción y a las normas menos estrictas en los países del Mercosur. Algunos de estos estados permiten el uso de antibióticos para el ganado y pesticidas prohibidos en Europa, mientras que sus normativas de bienestar animal son menos estrictas que las de la UE.
Francia también expresa reservas sobre las consecuencias ambientales del acuerdo. Las prácticas agrícolas en algunos países del Mercosur, como la deforestación de la Amazonia para la expansión de las tierras de cultivo, contradicen los compromisos climáticos de la UE. París cree que el acuerdo, sin ser modificado ecológicamente, podría comprometer el desarrollo sostenible y los objetivos de cambio climático.
Por ello, el gobierno francés pide que se añada una obligación de cumplimiento del Acuerdo de París sobre cambio climático. Esto incluye la posibilidad de suspender el acuerdo comercial si un país lo incumple. Por ejemplo, en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien los cinco países del Mercosur ya son signatarios del Acuerdo de París, el gobierno argentino de Javier Milei había amenazado con retirarse.
Sobre la firma
María Laura Avignolo
Periodista, corresponsal en Europa [email protected]
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