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Pocos minutos después de la llegada de River al Westin del Downtown de Seattle, en el cuerpo técnico se manejó la posibilidad de que el plantel no se entrenara por la tarde en el Providence Swedish Performance Center & Clubhouse, el centro deportivo de los Sounders, sino que hiciera una activación en los salones del hotel. Claro, es queel vuelo de Ezeiza a este punto de Estados Unidos fue muy largo incluso a pesar de haberse hecho en un chárter que no tuvo escalas: casi 15 horas arriba de un avión. Con el paso de los minutos, se retomó la decisión inicial de ir al predio de entrenamientos ubicado en Renton, a las afueras de la ciudad, a unos 20 kilómetros del búnker.
El entrenamiento de River en Seattle (Marcelo Ferreiro).
Así fue como a las 17 del huso horario de Seattle (cuatro horas menos que en Argentina) el plantel salió para hacer sus primeros trabajos de campo en un complejo que tiene cuatro canchas con medidas oficiales (dos de pasto natural y dos de sintético), con espacios de oficina, un clubhouse, gimnasio y amenities para la recuperación física de los deportistas.
River esta vez no los necesitó demasiado: después de un vuelo tan largo, el CT dispuso una serie de ejercicios livianos, regenerativos, para que el físico de los futbolistas empiece a acondicionarse tras el jet lag. Los únicos que trabajaron aparte fueron Santiago Simón (con una sobrecarga muscular en el cuádriceps derecho) y Agustín Ruberto (se recupera tras la operación por la rotura delos ligamentos cruzados en su rodilla izquierda, y no está inscripto en la lista del Mundial de Clubes). Mientras que Kevin Castaño cortó un rato antes la práctica porque viene de jugar con Colombia.
Marcelo Gallardo habló antes del entrenamiento durante diez minutos con todo el grupo. A partir de este viernes sí se verán trabajos más fuertes con y sin pelota, ya encarando la recta final de la preparación con vistas al duelo del martes con el Urawa Red Diamonds japonés.
Seattle (enviado especial).
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