En Galicia, los hórreos son construcciones tradicionales realizadas para conservar productos agrícolas, en especial el maíz, y para mantener a los animales lejos de la humedad que abunda en el noroeste de España.
Conocidos como espigueiros en Portugal, forman parte del paisaje rural y son un valioso testimonio de la arquitectura popular y de la economía de subsistencia que caracterizó durante siglos a las comunidades campesinas del norte portugués.
Para mantener a salvo de la humedad los espigueiros se construyeron pilares de piedra o madera, que incluyen discos o losas llamadas muelas, para impedir el acceso de los roedores. Las paredes tienen ranuras o huecos que facilitan la ventilación para permitir el secado del grano y evitando el moho.
Un pueblo de Portugal conserva la mayor cantidad de hórreos, o espigueiros, no solo de ese país, sino de toda la Península ibérica.
En el pueblo hay un castillo del siglo XIII. Al pie de la colina se encuentran los 64 espigueiros.
El pueblo de Portugal que guarda el mayor conjunto de hórreos de la península ibérica
En Portugal, la mayor concentración de espigueiros se encuentra en el norte, en especial en el Alto Miño, Beira Litoral, Beira Interior y el oeste de Trás-os-Montes. El pueblo de Lindoso, en pleno Parque Nacional de Peneda-Gerês, tiene el mayor conjunto de hórreos de toda la Península, y probablemente de Europa.
Estos espigueiros, construidos entre los siglos XVII y XVIII, permanecen en excelente estado y constituyen un ejemplo único de la arquitectura rural portuguesa.
Los espigueiros suelen ser de planta rectangular y están construidos mayoritariamente en piedra granítica, aunque también existen ejemplos mixtos, hechos de madera. La cubierta es a dos aguas y, en ocasiones, se remata con elementos decorativos o simbólicos.
El pueblo de Lindoso, a orillas del río Lima, tiene unos 1.300 habitantes y, además de los espigueiros, conserva los restos de un castillo del siglo XIII, que vigilan la población desde lo alto de una colina. Al pie de la colina pueden verse las 64 construcciones.
Hórreos. Suelen ser de piedra, pero también hay mixtos, hechos de madera. Foto: Shutterstock
“Las mejores vistas del pueblo y del conjunto de hórreos se perciben desde el castillo de Lindoso, fortaleza construida en el siglo XIII, probablemente bajo el reinado de Alfonso II y una de las estructuras defensivas más importantes de Portugal”, dice un artículo de National Geographic.
Luego de ser testigo de algunas batallas entre España y Portugal, la fortaleza, que presenta una mezcla de características románicas y góticas, fue abandonada en el siglo XIX. Tiempo después, en 1910, el gobierno portugués reconoció el valor de este edificio declarando el castillo de Lindoso como Monumento Nacional.
El castillo siempre tuvo funciones militares y nunca sirvió de residencia o cárcel. Por ello, estuvo ocupado durante las épocas de conflictos fronterizos. Destaca una torre del homenaje medieval adosada a la muralla, sus balcones y el escudo de Alfonso III, instalado sobre la puerta principal.
Desde fuera, el castillo tiene un aspecto de fortaleza robusta, no demasiado elevada, pero imponente. La entrada se realiza por una pasarela y en la puerta hay unas cadenas, como debió haber en su época de esplendor.
Desde Lindoso conviene visitar el parque nacional, que abarca unas 70.000 ha de varios ayuntamientos. Su relieve montañoso es el telón de fondo del pueblo y su extensión se continúa en España para formar la Reserva de la Biosfera Transfronteriza.
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