Esta semana se conocieron los resultados del monitoreo poblacional de yaguaretés en la selva Misionera. El resultado fue menor al anterior, situación que preocupa porque en los tres últimos monitoreos la cifra va menguando. Desde Vida Silvestre aseguran que mantener la población de yaguaretés es una tarea de toda la comunidad, ya que hay acciones que deben evitarse por parte de los ciudadanos, como ser la práctica ilegal de caza furtiva y el exceso de velocidad que termina con la vida de los animales.

El monitoreo poblacional se lleva adelante desde el año 2003 por el Proyecto Yaguareté del Instituto de Biología Subtropical y del Conicet en Argentina y el Proyecto Onças do Iguaçu de Brasil, con el apoyo de Fundación Vida Silvestre Argentina, WWF-Brasil y otras organizaciones. Tras dos años de análisis de imágenes tomadas por cámaras trampa distribuidas en el área de estudio se obtuvo el primer dato que fue aterrador para los investigadores. 

“En el 2005 se anunció el primer relevamiento que fueron resultados bastante críticos, había unos 40 individuos, pensábamos que había unos 400 y el monitoreo arrojó este número. Desde ese momento se realizaron los monitoreos sistemáticamente, en el año 2018 alcanzamos los 105 ejemplares. Se viene monitoreando cada dos años y se registra una leve baja en los últimos tres monitoreos”, explicó Lucia Lazzari coordinadora del Programa Bosques.

A su vez, comentó que el yaguareté se enfrenta a varias amenazas, una de ellas es la pérdida de hábitat debido a la deforestación que se complementa con la fragmentación de la selva que no permite que el animal se desplace. 

Además de la pérdida de hábitat, e la caza furtiva ilegal no solamente atenta contra la vida del felino, si no también elimina a sus presas. El atropellamiento de animales en rutas presenta una barrera en el paisaje, es una fragmentación del territorio y también influye el conflicto que existe con el sector productivo.

Para Vida Silvestre deben trabajar en estos cuatro ejes. Desde la fundación, llevan adelante una serie de trabajos como la restauración de la selva. En el año 2008 comenzaron con los trabajos en Andresito. En el año 2020 expandieron el territorio de trabajo en San Pedro, el programa ya alcanza a 200 familias de pequeños y medianos productores. Este trabajo permitió restaurar más de 640 hectáreas con el uso de más de 200.000 plantines de unas 40 especies nativas de la selva misionera.

“Estamos trabajando con la reforestación que trae beneficios al productor como por ejemplo agua segura, se evita la erosión del suelo y mejora la calidad del suelo y eso se traduce en la producción. Además de brindar las herramientas necesarias para alejar a los felinos de los animales y evitando perder un ejemplar”, agregó Lazzari.

En cuanto a atropellamientos, las instituciones trabajaron en un proyecto para encaminar a los animales a que usen las alcantarillas y eviten desplazarse sobre la cinta asfáltica mediante cercos.

Sobre la sugerencia de un sector de la sociedad que propuso cercar todo el sector de la ruta 12 entre el aeropuerto y la ciudad, Lazzari remarcó que no es una solución viable, sino que lo más efectivo es respetar las velocidades. “La concientización sobre respetar las velocidades máximas no es solamente por el cuidado a la fauna, si para evitar accidentes que se pueden cobrar vidas de las personas”.