María Alexandra Gómez, esposa de Nahuel Gallo, el gendarme secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro desde hace más de seis meses, habló por primera vez y contó que la última vez que escuchó a su pareja fue pidiéndole ayuda, cuando se lo llevaban detenido ilegalmente. Gómez se encuentra en Argentina junto con su hijo Benjamín (2), luego de que un operativo del Ministerio de Seguridad lograra sacarla de Venezuela.
«Todo lo yo sé de Nahuel, lo sé extraoficialmente porque una persona que fue liberada de El Rodeo, me dijo: ‘Sí, (a Nahuel) lo conocí hace cuatro meses. Estuvimos en el mismo pasillo, me lo encontraba en el patio'», aseguró Gómez en la primera entrevista que brinda desde la detención ilegal de su pareja.
El gendarme argentino Nahuel Gallo (con quien tuvo a Benjamín) fue detenido el 8 de diciembre de 2024 en San Antonio del Táchira, cuando intentaba ingresar a Venezuela desde la frontera colombiana. Desde entonces, el régimen de Maduro nunca brindó precisiones sobre su paradero y sólo compartió fotos suyas como fe de vida.
«Es lo único que sé extraoficialmente, pero por parte del gobierno venezolano, nunca nada», insistió la mujer sobre el paradero de su esposo. Luego, aseguró haber ido a El Rodeo, un penal de máxima seguridad en Caracas, pero no tuvo éxito en su cometido de saber si su marido estaba efectivamente cautivo allí.
«Me pedían mi identificación, y yo les mostraba y les decía: ‘Soy la pareja de Nahuel Agustín Gallo, ciudadano argentino. Fue detenido el 8 de diciembre, sé que él está aquí’. Y me preguntaban: ‘¿Pero cómo sabe que está acá? ¿Por qué pregunta?’. Y yo les decía: ‘Porque el fiscal general (Tarek William Saab) me lo dijo'», se explayó, en diálogo con Telenoche.
Habló la esposa de Nahuel, el gendarme detenido ilegalmente en Venezuela desde diciembre.
Y señaló las evasivas recurrentes a las que el régimen de Maduro acudió una y otra vez: «‘Espere un momento, que vamos a buscar información’, me decían, y me plantaban una hora. Después salían y me decían: ‘No está. Que pase buen día’. Así pasé tres meses».
—¿Hablaste con Nahuel antes de que sea detenido? —le preguntó la entrevistadora.
Nahuel Gallo en su lugar de detención en Venezuela, en mayo de este año. Foto Reuters.
«A las 10:57 de la mañana (del 8 de diciembre de 2024), nunca se me olvida, recibo esa llamada de Nahuel, para que lo ayudara. Se me vinieron la vida y el mundo encima, se me vino lo peor. ‘¿Pero quién te está llevando?’ , le pregunté. Y hasta ahí: no escuché nada más. Me colgó. Esa fue la última vez que yo escuché a Nahuel, y fue pidiéndome ayuda. Y eso es lo que me tortura a mí, todos los días», rememoró Gómez.
Gallo había llegado hasta la frontera entre Colombia y Venezuela con un remis. Fue el conductor del vehículo el que luego se comunicó con ella, ya que Nahuel había utilizado el teléfono de éste para llamarla.
«Me llamó el remisero, que me dijo: ‘Señora, a su marido se lo está llevando una camioneta negra con el rotulado de la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar). No sé qué hacer, no sé cómo ayudarla, pero me mandaron a irme‘».
Y concluyó, sobre sus anhelos: «No he dejado de buscarlo, ni un segundo. No te he dejado de querer. Todos los días le hablo a tu hijo de ti. Todos los días sueño contigo: que me llamas, que te liberaron; ése es el sueño más nítido que tengo».
Noticia en desarrollo.
BPO
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