La historia de la salida de Maximiliano Salas de Racing a River fue una de las del mercado de pases de invierno del fútbol argentino. Dejó algunas heridas en Avellaneda, pero a los hinchas del Millonario poco les interesa las rencillas del culebrón. Otra vez empezaron a gritar goles de un Salas. Y ese Salas, encima, lo festejó como aquel, el chileno Marcelo, el Matador, que tuvo dos etapas en el club, la primera entre 1996-98 y la segunda en 2003-04.
Este Salas, el nuevito, no olvidará su primer gol con la camiseta de River. Tampoco los hinchas. Porque fue una jugada colectiva como hacía rato no tenía el equipo de Gallardo. Salas, como goleador, solo tuvo que completar la obra luego de ocho toques, muchos de primera. Además de llevar el número 7 en la camiseta y hacer el gesto del Matador, el de Curuzú Cuatiá lo gritó con el alma, como un desahogo por toda la tensión que vivió en los últimos días.
Tras la victoria, el delantero comentó: “Estoy contento, feliz, hicimos un gran partido. Siempre hay cosas para mejorar, pero es lindo arrancar así. A veces puedo jugar bien, mal o regular, pero lo más importante es que siempre voy a dejar todo en la cancha. Después, si sale el gol o no, secundario”.
Con respecto a su salida de Racing y todo lo que sucedió, fue escueto pero contundente: “No tengo más que decir, lo que pasó ya está y ahora estoy enfocado en mi nuevo equipo”.
Hay una curiosidad entre la primera fecha del Apertura 2025 y el arranque de este torneo también ante Platense: hubo debut con gol. Es que el 25 de enero, en Vicente López, Matías Rojas, debutante, marcó en el 1-1. En aquel estreno de principios de año, se cortó una racha de más de cinco años sin que una incorporación o un juvenil promovido anotara en su estreno. El último que lo había hecho fue Hernán López Muñoz, el 7 de abril de 2019, en el 2-3 ante Tigre.
La gente recuerda al chileno Salas y seguramente no olvidará a Maxi Salas. Pero lo que pocos saben es que en la década del 50 también hubo otro Salas, que apenas jugó un partido oficial en la Copa Suecia de 1958. Su nombre era Ramón Alberto y también era goleador. Dejó su sello en Talleres de Córdoba primero y luego en Tesoriere, San Lorenzo de Alem y Vélez de Catamarca natal (era de Recreo, departamento de La Paz).