De diez. Como el número que vestirá, de no mediar cambios, cuando antes del fin de semana sea anunciado formalmente como refuerzo. Como el lugar representativo que tendrá en River. Un club que espera que pasada la medianoche Juan Fernando Quintero toque tierra en Ezeiza para vivir un jueves agitado, con revisión de contrato y firma de contrato por tres temporadas.
De diez está Juanfer. Porque a los 32, se siente pleno no sólo en el aspecto futbolístico sino especialmente en el físico. Y su entorno así lo certifica: JFQ se mantuvo activo durante el receso, entrenándose con el preparador físico que comparte con Paul Pogba -Julio César Murillo- tanto en Miami como en Envigado.
De diez. Porque Quintero vuelve a River con rodaje. Fue importante en ese América de Cali que no le pagó un solo dólar de lo que le había prometido pero para el que aun así jugó los 90 minutos en el 72% de los partidos que disputó (21). Un JFQ que a la vez regresa con el recuerdo vívido de lo que le aportó hasta hace ocho meses al Racing campeón de la Sudamericana.
De diez. Porque River necesitaba a un #10 de su clase. Un jugador capaz de interpretar con facilidad los requerimientos de Gallardo en la zona media. Que pudiera romper con lucidez y técnica partidos cerrados o defensas tabicadas. Con un cambio de frente, con un pase o con un taco (no).
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