Denunciantes de la casta política u orgullosos miembros del establishment dirigencial de las últimas décadas, todos los políticos con intereses en la provincia de Buenos Aires están por estas horas jugando un juego que tiene interés nulo para el gran público, pero que puede definir los arreglos electorales en las dos principales conglomerados que tiene la política hoy: el peronismo opositor y el oficialismo ampliado.
En este último espacio se corren varias internas superpuestas. Está la pelea en La Libertad Avanza por el control de la estrategia política, que enfrenta a Karina Milei con Santiago Caputo, y también la disputa dentro del PRO, con un espacio que prefiere subordinarse sin vueltas a Javier Milei y otro, que conduce Mauricio Macri, que intenta mantener la autonomía necesaria para seguir existiendo.
Esas dos posiciones tienen un reflejo en la escaramuza por las listas bonaerenses. El “karinista” Sebastián Pareja recorre municipios ofreciéndoles viruta a los dirigentes del PRO. Se dice, por caso, que en uno de los municipios importantes que gobierna el macrismo, la propuesta de La Libertad Avanza fue “de los ocho concejales que podemos meter entre los dos, cinco tienen que ser nuestros y tres de ustedes”. Para cualquier intendente, una propuesta así es lo mismo que pedirle que se jubile con el haber mínimo.
El asesor presidencial Caputo proponía otra cosa: ser generosos en la oferta al PRO en la elección bonaerense y endurecerse en la negociación por las listas de diputados nacionales que competirán en octubre. Para Caputo, esa llave para la gobernabilidad debía ser prioritaria. Ya quedó a la vista que no pudo imponer su criterio frente a la hermana presidencial. Los ángulos de un triángulo equilátero de hierro son todos iguales, pero se ve que algunos son más iguales que otros.
En el PRO bonaerense, Diego Santilli representa el karinismo línea dura, y dejó bien en claro eso cuando ayer se puso a disposición de El Jefe con una convicción ferviente. El marplatense Guillermo Montenegro y el sanisidrense Ramón Lanús están más o menos en la misma. Otros dirigentes del PRO, como el jefe de los diputados Cristian Ritondo o la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, están esperando a que en las próximas horas la oferta de La Libertad Avanza mejore apreciablemente. Acaso están aguardando un milagro que Las Fuerzas del Cielo no están dispuestas a conceder.
En el peronismo ya están decididos a promover las candidaturas de los intendentes del conurbano a concejales. ¿Asumirán ese lugar si ganan? Todo indica que no: la enorme mayoría está dispuesta a pagar el costo de una postulación testimonial para tratar de salvarse de la derrota.
El cálculo del peronismo es que, fuera de la Tercera Sección electoral, donde la historia los ayuda a ser optimistas, en la Provincia habrá derrotas en todas las secciones. Eso potenciará los bloques de La Libertad Avanza y el PRO en las cámaras de diputados y senadores provinciales, lo cual hará más difícil la gobernabilidad para Axel Kicillof y podría frenar definitivamente los proyectos para volver a habilitar las reelecciones indefinidas de legisladores, concejales e intendentes, un congelamiento que le pega a todos los partidos importantes, pero sobre todo al PJ.
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Ignacio Miri
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