Faltar al trabajo puede generar dudas o incomodidad, pero hay situaciones que lo justifican completamente. Lo importante es saber cómo comunicarlo y actuar con responsabilidad para evitar malentendidos.
Lejos de ser un tema tabú, la ausencia laboral planificada y bien comunicada puede formar parte de una cultura laboral saludable, donde el bienestar físico y emocional se valora tanto como la productividad.
Según especialistas en RRHH, 1 de cada 4 personas falta al trabajo al menos una vez al mes por temas personales o de salud. Esto muestra que el ausentismo es común y que muchas empresas ya tienen políticas claras para estos casos.
Con base en la experiencia del equipo de Terry Katz & Associates, expertos en temas laborales en los Estados Unidos, te contamos cuáles son las 8 excusas que suelen ser aceptadas sin problemas y cómo manejarlas para que todo sea más fácil.
Las mejores excusas para faltar al trabajo sin complicaciones
El equipo de Terry Katz & Associates, expertos en compensación laboral en los Estados Unidos, señala 8 excusas válidas que suelen ser aceptadas para faltar al trabajo sin inconvenientes. Veamos.
1.Tuviste un accidente (de tránsito u otro tipo). Un choque, una caída o cualquier otro accidente puede suceder en el momento menos pensado. Los empleadores suelen comprender que una situación así requiere atención médica, trámites o reposo. Incluso puede extenderse si también estás cuidando a alguien más que resultó afectado. Avisá cuanto antes y, si podés, anticipá cuánto tiempo vas a necesitar. Un parte médico o un reporte del incidente puede ayudarte a justificar la ausencia.
2.Falleció un ser querido. Perder a un familiar cercano es una de las situaciones más delicadas. La mayoría de las empresas cuentan con políticas de licencia por duelo para que puedas organizar o asistir al funeral y darte el espacio emocional necesario. Revisá cuántos días te corresponden y comunicalo con respeto. Si sabés que vas a tener que viajar o que vas a necesitar más tiempo del habitual, tratá de avisar con antelación.
Faltar al trabajo puede ser necesario en determinadas circunstancias. Lo importante es comunicarlo de manera adecuada y con motivos válidos. Foto: Pexels.
3.Estás enfermo (y no es solo un resfrío). Tener fiebre, gripe u otra enfermedad contagiosa no solo te afecta a vos, sino que también puede poner en riesgo a tus compañeros. En casos más serios, como Covid-19, los empleadores están obligados a actuar con responsabilidad y permitir el aislamiento. Si te ausentás varios días, es probable que te pidan un certificado médico. Tenerlo listo puede evitarte complicaciones.
4.Tu hijo o hija está enfermo/a. Cuando tus hijos están enfermos, requieren tu cuidado y atención. Muchas empresas contemplan estas situaciones y permiten usar días de licencia por enfermedad o tiempo personal para estar con ellos. Explicá claramente lo que ocurre y, si es posible, ofrecé trabajar desde casa o recuperar las horas. Mostrar disposición siempre es bien visto.
5.Emergencia familiar. Una emergencia puede ser una internación inesperada, un accidente doméstico o cualquier situación urgente que requiera tu presencia inmediata. Si lo considerás oportuno, explicá de forma general lo que pasó, sin entrar en detalles personales. Consultá si podés tomar licencia bajo la Ley de Licencia Familiar y Médica, que contempla estos casos.
Muchas veces las personas se ven en la necesidad de justificar sus faltas de manera creativa o con cierta culpa, aun cuando las razones sean totalmente legítimas. Foto: Pexels.
6.Problemas con el auto o el transporte público. Un neumático pinchado, el subte que no funciona o que la grúa se haya llevado tu auto pueden impedirte llegar a tiempo. Aunque parezca una excusa menor, puede tener impacto si no avisás. Apenas te ocurra algo así, avisá de inmediato, pedí disculpas y procurá encontrar una solución para que no se repita. La responsabilidad también se refleja en la puntualidad.
7.Tenés una cita médica. Hay turnos que no se consiguen fácilmente y, muchas veces, solo están disponibles durante el horario laboral. En general, los empleadores entienden que tu salud es una prioridad. Intentá programar las citas al inicio o al final del día y avisá con anticipación. Si mostrás intención de compensar el tiempo perdido, refuerza tu compromiso.
8.Necesitás un día personal (y está bien justificado). En ocasiones, el motivo no es una enfermedad física, sino emocional: estrés, ansiedad, agotamiento. También puede tratarse de una situación familiar relevante, un trámite ineludible o una obligación cívica. Los días personales existen para ser usados con criterio. Sé claro al solicitarlos, pedilos con tiempo y, si tenés documentación que respalde tu ausencia (como una citación judicial, por ejemplo), guardala por si la necesitan.
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