Kyrgios castigó duro a Sinner por volver a contratar al preparador físico involucrado en su caso de doping: «Nos han engañado»

Sin timidez para dar su opinión y decir exactamente lo que piensa, sobre todo cuando de temas «calientes» se trata, Nick Kyrgios asumió el papel de principal crítico del caso de doping de Jannik Sinner y de la manera en que la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) y la Agencia Mundial Antidoping (WADA) manejaron esa transgresión del número 1. Y tras conocerse que el italiano decidió volver a contratar al preparador físico Umberto Ferrara, a quien había despedido el año pasado por ser uno de los responsables del doble positivo por clostebol, el australiano volvió a la carga.

«Desafortunadamente, esto no es @TennisCentel», comentó en la red social «X» al compartir una publicación con la noticia del regreso de Ferrara al equipo de Sinner, con una referencia a esa cuenta dedicada a compartir memes y parodias del tenis.

«Tiene otra vez el mismo médico. Nos han engañado, damas y caballeros», escribió un rato más tarde.

Sinner dio positivo por clostebol en marzo del año pasado, aunque el positivo recién se hizo público en agosto, una semana antes del US Open, que el italiano terminó ganando. En su descargo ante la ITIA, el número 1 argumentó que su fisioterapeuta Giacomo Naldi se aplicó un spray con clostebol para curarse una herida en la mano y luego le dio un masaje sin guantes.

El tribunal independiente de esa agencia lo absolvió, al considerar que no había sido culpable ni había intentado beneficiarse del uso de una sustancia prohibida. Pero el nacido en San Candido igual despidió a Naldi y a Ferrara, quien luego confesó que había sugerido al fisio que utilizara el spray para «tratar un corte que no cicatrizaba y que complicaba su trabajo», pero que había sido claro al explicar que el producto «en ningún caso debía entrar en contacto con Jannik».

La absolución despertó la bronca de muchos en el mundo de la raqueta, incluidos jugadores y jugadoras, quienes se quejaron por el «trato privilegiado» que había recibido el italiano por ser una de las grandes estrellas del circuito. Kyrgios fue el más verborrágico al respecto.

«Es ridículo, ya sea accidental o planeado. Te hacen dos pruebas con una sustancia prohibida (esteroides)… Deberías estar fuera durante dos años. Tu rendimiento mejoró. Crema para masajes… Sí, está bien», escribió el oceánico con ironía en sus redes.

«He visto a muchos amigos drogarse y ser suspendidos. Y hemos visto jugadores como (Simona) Halep y todos los demás, y parece que cada vez que aparece uno de ellos, siempre es un proceso diferente para diferentes jugadores», agregó. «Personalmente no tengo nada contra él. Si piensas en jugadores a quienes les quitaron sus carreras en un año, y alguien como Sinner se salió con la suya. Creo que tenía mejores condiciones. No creo que sea lo mismo para el resto del circuito y no es justo».

En febrero pasado, poco después del festejo del italiano en Australia, se conoció que la WADA, que apeló la decisión de la ITIA, había acordado con el jugador una suspensión de tres meses, que cumplió entre febrero y mayo, sin perderse ninguna cita importante. Y Kyrgios, que había celebrado la apertura del caso, reaccionó con bronca.

«La AMA salió y dijo que sería una sanción de uno o dos años. Obviamente, el equipo de Sinner hizo todo lo posible para seguir adelante y aceptar una sanción de tres meses, sin perder títulos ni premios en metálico. ¿Culpable o no? Un día triste para el tenis. La justicia en el tenis no existe», afirmó.

Y ante el comentario del suizo Stan Wawrinka, quien dijo «Ya no creo en el deporte limpio», el australiano respondió: «Vos y yo».

Hace unas semanas, cuando Sinner gritó campeón en Wimbledon y conquistó su cuarto Grand Slam, ni bien terminó la final, Kyrgios tuiteó un asterisco (*), un símbolo que utiliza a veces para indicar que por alguna razón un resultado o una marca no es válido o está en suspenso.

Poco después, aludiendo a las consagraciones de Sinner y la polaca Iga Swiatek, que también protagonizó un polémico caso de doping el año pasado cuando era número 1 por el que recibió una sanción de un mes, se dirigió a sus seguidores: «Wimby terminó. Responde con una palabra cómo nos sentimos al respecto».

Luego compartió la repuesta de un usuario que escribió: «¡Felicitaciones a Clostebol y Trimetazidina!», reemplazando los nombres de los campeones con los de las sustancias que hicieron saltar sus positivos.

Y este miércoles, la noticia del regreso de Ferrara le dio otra vez razones al australiano para un nuevo ataque.