Inter Miami, con Lionel Messi -suspendido- y Rodrigo de Paul mirando desde uno de los palcos del Chase Stadium, empató sin goles ante FC Cincinnati y mejoró la imagen que dejó hace diez días cuando este mismo equipo lo goleó 3-0. Fue un partido sin grandes emociones hasta que en una de las últimas jugadas llegó la gran polémica de la noche.

Se jugaba el segundo minuto de los dos que inicialmente había adicionado la árbitro Tori Penso, cuando cayó al área del equipo de Javier Mascherano un envío frontal. Fue el brasileño Evander el que pateó ese tiro libre y conectó de cabeza Miles Robinson, quien le ganó en el salto a Noah Allen y salió disparado a festejar el agónico gol de la victoria. Sin embargo, el tanto fue anulado por infracción y dejó muchas dudas.

La repetición de la acción muestra que Allen no salta, queda desestabilizado al intentar buscar la pelota y que Robinson gana legítimamente la posición. Se esperaba que los jueces del VAR llamaran a la jueza y se corrigiera la decisión inicial, convalidando así el tanto del FC Cincinnati. Pero nada de eso pasó y el 0-0 se mantuvo hasta el final.

Mientras se dilataba la decisión del VAR y el drama se apoderaba de todos en Fort Lauderdale, las cámaras siguieron la reacción de Messi, que estaba asomado en su platea como si fuera un hincha más, haciendo fuerza para que los jueces no intervinieran.

No fue la única jugada discutida en la noche de Fort Lauderdale. Inter Miami también reclamó un penal (no pareció) y fue Javier Mascherano el más efusivo en los reclamos, que incluyeron un tenso cara a cara con la árbitro, que terminó amonestándolo.

De esta manera, el Inter Miami se mantiene en una buena posición en la Conferencia Este de la Major League Soccer. Está quinto con 42 puntos, a ocho del líder Philadelphia Union y con tres partidos menos. Adeuda los partidos que no jugó cuando estaba disputando el Mundial de Clubes y podría quedar como único líder si triunfa en esos encuentros.