En tiempos de inestabilidad económica, tanto las personas como las empresas pueden verse atrapadas en situaciones financieras delicadas. Las crisis no siempre llegan por malas decisiones: pueden ser consecuencia de factores externos, imprevistos o cambios abruptos en el contexto. Lo importante es reconocer el momento crítico a tiempo y tomar medidas antes de que las consecuencias sean irreversibles.
Salir de una crisis financiera no es una tarea sencilla, pero sí posible. Requiere tomar distancia emocional, evaluar con objetividad y empezar a tomar decisiones conscientes, priorizando el orden y la sostenibilidad a largo plazo.
Más allá del diagnóstico, el verdadero desafío está en la acción: ¿cómo reorganizarse sin caer en el desánimo o paralizarse frente a la incertidumbre?
En estos escenarios, la información, la planificación y la disciplina se vuelven herramientas clave. Saber dónde estás parado y hacia dónde querés ir es el primer paso para recuperar el equilibrio. Pero entonces, ¿cuáles son las claves para superar una crisis financiera y volver a crecer?
Claves para superar una crisis financiera y volver a crecer
Delia Flores, fundadora de GEMA (Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas), una entidad que promueve el desarrollo económico femenino, comparte ocho consejos clave para estabilizar tus cuentas y sentar bases firmes para el crecimiento:
1. Identificá el origen de la crisis. Antes de tomar cualquier medida, es indispensable detectar qué generó la situación: una caída en los ingresos, un endeudamiento excesivo, decisiones apresuradas o factores externos. Comprender la raíz del problema te permite enfocar tus esfuerzos en resolver lo urgente sin perder de vista lo estructural.
2. Elaborá un flujo de fondos claro y actualizado. Tener un cash flow o flujo de caja es clave para visualizar con claridad cuánto entra, cuánto sale y en qué momentos. Esta herramienta te permite anticiparte a los picos de gastos, detectar cuellos de botella y priorizar las obligaciones más importantes. Es la base para decidir con criterio y evitar la improvisación.
Una acción defensiva clave es intentar acortar los plazos de cobro a clientes o deudores y extender los plazos de pago con proveedores. Foto: Pexels.
3. Renegociá plazos de cobro y pago. Una acción defensiva clave es intentar acortar los plazos de cobro a clientes o deudores y extender los plazos de pago con proveedores o servicios. Esta estrategia mejora la disponibilidad inmediata de fondos y alivia la presión de pagos sin comprometer relaciones comerciales.
4. Transformá deudas de corto plazo en deudas de largo plazo. Reestructurar pasivos es una herramienta fundamental. Al convertir deudas exigibles en el corto plazo por compromisos a plazos más largos, podés liberar recursos para enfrentar gastos urgentes o invertir en medidas de recuperación, sin incurrir en mora ni generar intereses excesivos.
Salir de una crisis financiera requiere tomar distancia emocional, evaluar con objetividad y tomar decisiones que prioricen el orden y la sostenibilidad a largo plazo. Foto: Pexels.
5. Armá un fondo anticíclico. Aunque estés en crisis, empezá de a poco a generar un fondo de respaldo. Separá un porcentaje fijo de tus ingresos, por mínimo que sea, en una cuenta separada. Este fondo actúa como un colchón financiero que te protege ante futuros imprevistos o bajas de ingresos.
6. Mantené actualizados los valores de reposición. Ya sea que trabajes con productos o servicios, es esencial saber cuánto te cuesta reponer lo que ofrecés. Tener información precisa y actualizada te permite evitar pérdidas al momento de presupuestar o cotizar. En entornos inflacionarios o de alta variabilidad, este control es vital.
Antes de tomar cualquier medida, es indispensable detectar qué generó la situación de crisis. Foto: Pexels.
7. Prioritizá las operaciones con mayor rentabilidad. En contextos complejos, es preferible enfocarse en menos operaciones, pero con buen margen de ganancia. Vender mucho con márgenes bajos puede poner en riesgo la sustentabilidad del negocio si hay retrasos en los cobros o subas inesperadas en los costos. Elegir calidad antes que volumen es una forma de proteger tu estructura financiera.
8. Revisá tus costos y optimizá procesos. Una revisión exhaustiva de tus egresos puede revelar gastos innecesarios o áreas con margen de mejora. En paralelo, mejorar procesos internos —como la logística, atención o gestión administrativa— puede ayudarte a reducir costos sin perder eficiencia ni calidad. La mejora continua es una aliada clave en tiempos difíciles.
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