A veces es el guion, otras el director, en ocasiones el dinero ofrecido, y en otras en respuesta a una relación o una amistad, pero no hay intérprete de renombre que no le haya pifiado al elegir o aceptar, que es lo mismo, actuar en una película fallida. Al Pacino lo hace en Exorcismo: El ritual, que estrena esta semana en la Argentina.
El actor de Sérpico y la saga de El Padrino había estado cerca del Diablo en, precisamente, El abogado del Diablo, personificando a Mefistófeles o como quieran llamarlo, al lado de Keanu Reeves. Pero nunca había estado en una película de terror, y menos haciendo de exorcista.
Lo mismo que Russell Crowe, que debutó en el género de cura extirpa demonios en El exorcista del Papa, que se inspiraba en las memorias Gabriele Amorth, que fue precisamente exorcista en el Vaticano.
Pacino interpreta a otro cura real, el fraile capuchino Theophilus Riesinger, que se hizo famoso, cuentan la leyenda y los libros, por participar en el caso de exorcismo más documentado en la historia de los Estados Unidos.
Al Pacino como el fraile capuchino Theophilus Riesinger, de profesión, exorcista. Foto BF Paris
El hecho real sirvió de base a «El exorcista»
Y supuestamente William P. Blatty se inspiró en él y en su caso para escribir su novela El exorcista, luego convertida en película.
Bueno, del dicho al hecho, decía mi abuela, hay mucho trecho, y a Exorcismo: El ritual la separan de la obra maestra de William Friedkin no solo 52 años, sino muchas cualidades y calidades.
Como sea, Riesinger es llamado por 1928 en Iowa para extirpar a Lucifer del cuerpo y del alma de Emma Schmidt (también conocida como Anna Ecklund: está documentado que a la mujer se le dieron distintos nombres para preservar su identidad). Y debe hacerlo no en la casa de Schmidt, sino en un convento, adonde llevan a la pobre criatura de Dios.
Qué estarán viendo. Por lo menos, las hermanas y el cura miran hacia el mismo lado.
Allí, Riesinger, que sabe lo que hace, se encuentra con el padre Joseph Steiger (Dan Stevens), que no sabe lo que hace, o al menos le cuestiona todo el tiempo al recién llegado por los métodos que utiliza para “sanar” a Schmidt.
Y lo peor es que lo hace en medio de cada uno de los rituales de exorcismo.
Y si vieron al menos una película de exorcismos, saben que hay que mantenerse unidos, no darle al Diablo un resquicio donde hurguetear y que permita atacar a los exorcistas aprovechándose de alguna debilidad humana.
Abigail Cowen («Amor redentor») como Emma Schmidt, como se ve, poseída.
Tener un hermano que recientemente se haya suicidado tampoco ayudaría demasiado.
Dónde flaquea «Exorcismo: El ritual»
Nada de todo esto importaría si Exorcismo: El ritual no flaqueara allí donde los buenos exponentes del género no fallan. Convengamos que son escasos, es cierto, pero más que escuchar cómo se leen o recitar versículos, y exigirle al ente maligno que salga del cuerpo de la sierva de Dios, hay que creer que lo que se está viendo tiene al menos, mínimamente, un atisbo de verosimilitud.
Dame una señal, diría un espectador desprevenido, y te la compro. La historia y la película.
Dan Stevens, que fue la Bestia en «La Bella y la Bestia», es un cura con y sin fe.
Y no.
Con todo, el director David Midell -que se cansó de ganar premios con The Killing of Kenneth Chamberlain, también basada en hechos reales- no apela a truculencias ni a escenas de mal gusto. Bueno, tal vez si apelaba a esas imágenes se ganaba a los fanáticos del cine de terror.
Ni una cosa ni la otra.
A ver si te quedás quieta, parece decirle el padre Riesinger. La película se basa en hechos reales.
Qué decir de Al Pacino
Abigail Cowen (Amor redentor) no hace más que proferir obscenidades, contornearse y pasarla mal como Emma Schmidt. Como la Madre superiora, Patricia Heaton está en un registro muy diferente de los 210 episodios de la comedia Everybody Loves Raymond en los que estuvo.
Y a Dan Stevens, que fue la Bestia en la versión con actores de La Bella y la Bestia con Emma Watson, le tocó bailar con la más fea -por más que el ente demoníaco que posee a Schmidt tira que tuvo relaciones con una de las monjas-, un personaje que duda, que pierde la fe y la recupera, que pareciera no saber si elegir pastafrola de membrillo o de batata.
Hasta que se decide por la auténtica, la de membrillo y, bueno, reacomoda las cosas en la película.
Qué decir de Al Pacino. Por momentos, algo encorvado, el actor de 85 años parece reinterpretar a Shylock, de El mercader de Venecia. Por otros, al Michael Corleone de El Padrino III, ya avejentado, y en el mejor de los casos, a Al Pacino, con sus tics, su respiración, la cadencia de sus inflexiones o diálogos.
Con todo, Exorcismo: El ritual no hace mal a nadie. Nadie se sentirá perturbado, ni tendrá pesadillas, ni nada. Bueno, eso: no sentirá nada.
“Exorcismo: El ritual”
Regular
Terror. Estados Unidos, 2025. Título original: “The Ritual”. 98’, SAM 13. De: David Midell. Con: Al Pacino, Dan Stevens, Abigail Cowen, Patricia Heaton. Salas: Cinemark Palermo, Hoyts Abasto y Unicenter, Cinépolis Recoleta y Avellaneda, Showcase Belgrano, Haedo y Quilmes.