Nadie sale del asombro y el estupor crece a medida que se conocen más detalles de la masacre registrada en una vivienda del barrio San Lorenzo, donde un obrero de la construcción asesinó a machetazos a dos hijos e hirió gravemente a su pareja y a su cuñado para luego suicidarse. “Solo un bestia es capaz de hacer eso”, graficó un testigo de la escena.
José Ricardo Ferreyra (47) es el nombre del autor de la matanza que sacude a todo Posadas. Sus víctimas fueron su hijo Mariano Ferreyra (21), con discapacidad motriz severa, y su hija Evelyn Ferreyra (13), quienes fueron degollados con un arma blanca que sería un machete.
El asesino además atacó de la misma forma a su esposa Paola Vieira (44) y a su cuñado Hugo Ríos (43), que también presentaba un cuadro de discapacidad y residía en el fondo de la misma propiedad ubicada sobre la calle Cedro, casi calle 57.
La casa del horror. La familia vivía hace dos décadas en ese inmueble.
Escenario cruento
Tanto Vieira como Ríos fueron hallados en estado agonizante esta mañana, cera de las 7, cuando la Policía irrumpió en el lugar a pedido de una hermana del obrero, quien reportó que desde el sábado a la mañana no tenía novedades de sus familiares.
Ambos sobrevivientes fueron evacuados de urgencia y trasladados al hospital Madariaga, donde continúan internados con pronóstico reservado. Los presentan lesiones cortantes a la altura del cuello.
La escena dentro de la casa del horror se completó con el hallazgo de Ferreyra sin vida, pendiendo de una soga atada a un tirante. Debajo suyo estaba el cadáver de su hija, más atrás se encontraban los restos del otro muchacho.
“Vi a esos chicos criarse de adolescente. Una persona que se considera un ser humano en ese momento dejó de ser un ser humano para ser una bestia. Si uno ama a su familia, uno no puede hacer eso”, señaló Pedro, vecino y testigo de las labores periciales en el cruento escenario, en diálogo con La Voz de Misiones.
Los cadáveres fueron retirados del lugar minutos antes de las 12 y serán enviados a la morgue judicial para ser sometidos a un examen de autopsia para ratificar las lesiones advertidas en la revisión médica policial.
“Mi cuñada se quería separar”
Todo el procedimiento fue observado por Julia Ferryra, hermana del homicida, cuyo llamado al 911 permitió descubrir el horror que había ocurrido dentro de las cuatro paredes de esa casa sobre la calle Cedro, donde la familia residía hace dos décadas.
“Yo llamé al 911 esta mañana. Estaba decidida a que venga la Policía y tumbe la puerta si era necesario. Mi hermano no aparecía por ningún lado y mi cuñada tampoco. No tenía respuestas a ningún mensaje. Nunca me pensé que iba a pasar lo que pasó”, contó ante los medios presentes.
Según relató la mujer, la última vez que tuvo contacto con su cuñada fue el sábado a las 9.30 de la mañana, cuando se cruzaron por las calles del barrio. “Estaba alegre, estábamos organizando un cumpleaños”, recordó.
Después de eso no tuvo más noticias de ningún miembro de la familia. Hay vecinos que ubican a Ferreyra el domingo en calle, pero aún no hay precisiones al respecto.
Estos datos son clave para reconstruir en qué momento pudo haber ocurrido la masacre y cuánto tiempo pudieron haber estado los sobrevivientes en estado agonizando dentro de la casa.
“Yo siempre veía a mi hermano callado y serio. Hablábamos poco, pero nunca pensé que iba a llegar a esto de sacarle la vida a los chicos. Hizo todo mal”, expresó Julia.
La hermana del homicida también expuso detalles sobre la relación de la pareja. “Ellos estaban en proceso de separación, pero no sé en qué quedó eso. Yo sé que mi cuñada se quería separar, que quería otra vida para la hija. Salir y disfrutar. Pero nunca me contó más nada”, agregó.
Julio afirmó que desconocía episodios de violencia física, aunque sí sostuvo que había “maltrato psicológico”. “Ella ya no aguantaba más eso”, graficó.
En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor, y la Fiscalía de Instrucción Seis, a cargo del fiscal René Casals, quienes ahora aguardan novedades sobre el estado de salud de los sobrevivientes para avanzar.
En el lugar trabajó el personal de la comisaría Octava, de la Científica, de Cibercrimen y de Homicidios.