Los dos sobrevivientes de la matanza descubierta esta mañana en el barrio San Lorenzo de Posadas continúan internados, aunque se encuentran “fuera de peligro”, confió un vocero del caso, quien además confirmó que la mujer presenta un embarazo de once semanas.
“Fueron tres las vidas que se salvaron”, precisó la fuente consultada por La Voz de Misiones al confirmar que tanto Paula Vieira (45) como su hermano Hugo Ríos (43) evolucionan favorablemente de las lesiones cortantes que sufrieron en el cuello y en la cabeza, al tiempo que también reveló que los médicos constataron que la mujer se encuentra en la semana once de gestación.
Independientemente de ello, describieron que la víctima se encuentra en un estado de shock absoluto, por lo que habrá que aguardar su proceso de recuperación para que pueda brindar un testimonio sobre lo sucedido.
Su hermano, en tanto, también sigue internado, recuperándose de las heridas. El hombre presenta un cuadro de discapacidad que le impide comunicarse mediante el habla.
Mientras tanto, los investigadores continúan recabando información y uniendo piezas para reconstruir lo sucedido dentro de la denominada casa del horror, sobre calle Cedro, casi calle 57 del barrio San Lorenzo de Posadas.
Cibercrimen, Científica, Homicidios y la comisaría Octava trabajaron en la casa del horror.
Degollados
Por el momento no hay mayores dudas respecto respecto a que el autor de la masacre se trató del dueño de casa, un obrero de la construcción identificado como José Ricardo Ferryra (47), quien hace aproximadamente dos décadas residía en ese inmueble junto a su familia.
El hombre se desempeñaba como capataz en una conocida empresa posadeña, donde en los últimos meses comenzó a sufrir retrasos en el pago de su salario.
Sus compañeros de trabajo lo llamaban “Fantasma” y sus parientes lo describieron como “muy trabajador”, “callado”, “serio” y “celoso” con su esposa.
La reconstrucción del caso indica que el Ferreyra asesinó machetazos “directos a degollar” a su hija Evelyn, de 13 años, y a su hijo Mariano, de 21, aunque parecía mucho menor debido al cuadro de discapacidad severa que presentaba, lo que lo obligaba a permanecer postrado en un cama.
El asesino atacó de la misma forma tanto a su esposa como a su cuñado y también los dio por muertos. Tras culminar la faena, acomodó el cuerpo de su mujer y los cadáveres de sus hijos en uno de los ambientes de la vivienda, colocó una escalera y se ahorcó pendiendo de una soga atada un tirante. Más atrás, en una habitación del fondo, la otra víctima.
Con esa escena se encontró esta mañana la Policía cuando irrumpió en el lugar a pedido de la hermana del ahora sindicado homicida, quien desde el sábado a la mañana no tenía noticias de su cuñada, ni de sus sobrinos.
“Yo llamé al 911 esta mañana. Estaba decidida a que venga la Policía y tumbe la puerta si era necesario. Mi hermano no aparecía por ningún lado y mi cuñada tampoco. No tenía respuestas a ningún mensaje. Nunca me pensé que iba a pasar lo que pasó”, contó Julia Ferreyra, quien además señaló que la pareja atravesaba un proceso de separación y había “maltrato psicológico” de parte del hombre hacia Vieira.
Los datos recolectados señalan que Vieira fue vista por última vez el sábado a la mañana, cuando se cruzó con su cuñada Julia por las calles del barrio. El obrero Ferreyra, en tanto, estuvo esa misma noche en la casa su mamá y tras despedirse de allí perdió contacto con todos.
A partir de esto, se cree que la masacre pudo haber ocurrido ese sábado, aunque resta determinar a qué hora. “Cuando la Policía entró a la casa se encontró con la mujer tendida junto a los otros dos cadáveres. Estaba completamente en shock, paralizada, no emitió ninguna palabra. No sabemos cuánto tiempo pudo haber permanecido así”, graficó el vocero consultado por LVM.
Sangre oxidada
Los expertos en criminalística que relevaron la escena constataron que la sangre esparcida por la casa ya presentaba signos de “oxidación”, lo que indicaría un tiempo cercano a las 24 horas en esas condiciones.
En el lugar no se advirtieron mayores señales de defensa o de alguna pelea, ante lo cual se cree que los ataques fueron directos, precisos, efectuados sin resistencia. Tampoco hay pistas que abonen la teoría de la participación de un sospechoso diferente a Ferreyra, aunque los investigadores continuarán recabando información hasta esclarecer por completo lo sucedido.
Las fuentes además indicaron que en la billetera del hombre se encontró un papel escrito que decía “perdonen” y “los amo mucho”, elemento que ya fue remitido a los peritos especializados en caligrafía.
En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor, y la Fiscalía de Instrucción Seis, a cargo del fiscal René Casals.
En el lugar trabajó el personal de la comisaría Octava, de la Científica, de Cibercrimen y de Homicidios.
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