Hace algunas semanas atrás los miembros del gabinete provincial recibieron una invitación que los sorprendió para bien, Hugo Passalacqua los convocaba a una reunión de trabajo en la Residencia del Gobernador. Un encuentro que hacía algún tiempo que no se daba. Un encuentro a gabinete completo.

Una vez allí, tras un recibimiento ameno, el Mandatario provincial decidió dar comienzo a la reunión de una forma que nadie se esperaba. Abrió el encuentro con una afirmación tan contundente como sorpresiva. “Siéntanse todos renunciados a partir de hoy”, les dijo Passalacqua a sus funcionarios, que algo desconcertados comenzaron a mirarse unos a otros.  Empezaba una reunión para la que no se habían preparado. 

En ese momento ya había pasado un tiempo desde que las elecciones provinciales dejaron al Frente Renovador con un sabor amargo. El triunfo electoral se vio teñido por un bajo nivel de votos, muy alejado del 64% de apoyos con los que fue elegido Hugo Passalacqua en 2023. Además, las recorridas por el territorio y las reuniones con referentes de distintos sectores aportaron miradas distintas sobre la actualidad local. Así, tras un tiempo de reflexión y proyección, el Gobernador entendió que ya es tiempo de actuar.

Entonces allí, frente a todo su gabinete en la Residencia del barrio Luis Piedra Buena de Posadas el Mandatario profundizó más en la idea de su frase inicial, y buscó dejar bien en claro como viene la mano. Les sugirió no sorprenderse si en algún momento alguien les golpea la puerta de sus despachos “con un decreto en la mano que dice que ya no están más en el cargo”.

Passalacqua es docente, y sin dudas sus épocas al frente de aulas llenas de jóvenes habidos de conocimientos, pero difíciles de seducir, le hicieron aprender que el impacto de la primera frase de una clase es crucial para lograr la atención, y el posterior entendimiento del mensaje por parte de todos los presentes. Lo puso en práctica. 

Tras la sugerencia vino la recomendación para evitar la consecuencia. “Es tiempo de trabajar a brazo partido” les espetó desde la cabecera de la reunión, ante un público totalmente en silencio y aún sorprendido. Les pidió “servir a los misioneros” y “cumplir debidamente su función”. De esa manera evitarían que alguien golpee la puerta de sus despachos, con un decreto en la mano. 

El mensaje de Passalacqua no tiene solo como base la reflexión sobre el resultado electoral, si no también el trabajo que el gobernador realizó en la previa y en el post elecciones, recorriendo la provincia y reuniéndose mano a mano con los intendentes. De hecho, el 4 de julio pasado, antes del encuentro con sus funcionarios, Passalacqua había recibido en la misma residencia a todos los intendentes. 

Era el primer encuentro del Gobernador con los jefes comunales tras la elección del 8 de junio, pero era el segundo encuentro entre los intendentes en conjunto. Unos días antes se habían reunido por su propia cuenta, habían invitado a funcionarios cercanos a la oficina principal de la Rosadita y allí habían descargado parte de sus reclamos. Ese encuentro sirvió para amortiguar la situación. Ante el gobernador le reconocieron a Passalacqua su cercanía y compromiso, pero le plantearon diferencias con la manera en la que algunos funcionarios se comportaban. 

A los jefes comunales no les cae en gracia que ministros, secretarios y otros funcionarios lleguen a sus localidades a realizar actividades de gestión sin siquiera enviarles un mensaje, y que tengan que enterarse por las redes sociales, o por sus referentes barriales, de alguna actividad provincial en sus territorios. 

Passalacqua tomó nota de la situación, y exigió en esa misma reunión a sus funcionarios un mayor contacto con los intendentes, y un mayor compromiso en la gestión conjunta de soluciones para el misionero. El mensaje llegó. Hay funcionarios que tras más de una gestión y media de visitar municipios sin si quiera mandar un mensaje de texto al intendente, ahora pasan por la municipalidad a saluda o tomar unos mates antes de llegar a las actividades programadas. El temor de que les golpeen la puerta con el decreto en la mano, se hizo sentir.