Al observar un atajadón de Franco Armani es habitual decir que fue «en modo 2018», en clara referencia a sus memorables actuaciones en la Copa Libertadores que River coronó en Madrid frente a Boca. Pero con el paso del tiempo, esa teoría ya está en condiciones de ser refutada porque, con el paso del tiempo, ha dado argumentos sólidos de que sus tapadas son directamente «en modo Armani», uno que le permitió sumar un nuevo récord bajo los tres palos en Asunción y que fue posible gracias a su notable manotazo en la única clara de Libertad.

«Fue puro reflejo. Sacó un remate muy fuerte, justo el viento iba para aquel lado y gracias a Dios pude estirar la mano y ponerla firme. El arco en cero nos da solidez defensiva y confianza», detalló el Pulpo, siempre con ese tono de voz que transmite calma y confianza, cualidades que lo acompañaron a alcanzar su valla invicta número 158 en Núñez y superar a un histórico de la institución.

Si Messi a los 38 años no para de romper marcas en el campo, Armani, a la misma edad, está en esa misma sintonía en el arco. Porque después de poner el candado en La Huerta dejó atrás los 157 encuentros en los que fue imbatible el Ubaldo Fillol, con la diferencia de que el Pulpo consiguió su nueva marca top en 347 juegos y el Pato en 406.