Entre los dueños de gatos siempre surge el interrogante: ¿se sienten tristes por no salir a la calle o prefieren quedarse en casa? A diferencia de los perros, estos animales suelen ser mucho más independientes.
Precisamente, una de las razones por las que algunas personas prefieren tener un gato en lugar de un perro es porque no deben estar pendientes de tener que sacarlo a pasear.
Pero los especialistas coinciden en que sacar a pasear a los felinos es recomendable y saludable, según un artículo publicado en La Voz de Galicia. Dice allí que “los gatos son unos animales muy inteligentes, muy activos y, si están toda la vida metidos en una casa, al final se aburren».
Agrega que, a diferencia del perro “el gato es un animal semidomesticado, y no totalmente domesticado como el perro. Necesita su juego de caza y su marcaje territorial”.
Este gato solo pasea con correa y llevado por un cerdo en un barrio de Alemania. Ambos son animales domésticos con una misma dueña.
En tanto, el veterinario y etólogo Jaume Fatjó, agrega que “si tú abres la puerta, a la inmensa mayoría de los gatos les gusta salir”. Luego advierte que permitir que un gato salga conlleva riesgos, por lo que, si vive en un espacio cerrado, es fundamental “que ese territorio tenga mucho valor, que sea muy entretenido”.
De esta manera, cuando un gato se mueve libremente, puede alejarse si percibe algo que le incomoda, como la presencia de otro felino. Con la correa, esa libertad de decisión desaparece. “Sacar a los gatos a pasear a la calle con correa puede ser un problema”, señala el experto.
El etólogo aclara que no es imprescindible sacar a los gatos a la calle para que estén felices. Lo importante es ofrecerles un entorno seguro y estimulante dentro de casa con rascadores, zonas en altura, escondites, juguetes interactivos y rutinas de juego que simulen la caza.
En tanto, si la idea es sacarlo a dar un paseo, el artículo de La Voz de Galicia recomienda “acostumbrarlo desde pequeño, antes de que acabe la fase de socialización, que en los gatos dura hasta los cuatro meses. Entonces, habría que empezar a bajarlo antes de esa fecha», afirma.
A diferencia de Fatjó, agrega que «por seguridad, la gente suele sacarlos con arnés y correa larga. Y habría que sacarlo en las horas en las que haya menos movimiento porque los gatos son animales más asustadizos que los perros».
Tener en cuenta que algunos gatos pueden desarrollar agresión tras salir con correa, generalmente por estrés, frustración al regresar, miedo a estímulos externos o conflictos territoriales al volver con olores nuevos.
Conviene habituarlos de forma muy gradual a salir con correa, elegir lugares tranquilos y seguros, y observar siempre sus señales de incomodidad. Foto: UF Health.
Por eso, para reducir el riesgo conviene habituarlos de forma muy gradual, elegir lugares tranquilos y seguros, y observar siempre sus señales de incomodidad para decidir si realmente disfrutan de la experiencia.
En esta línea, en el Reino Unido se ha convertido en tendencia pasear a los gatos con correa, lo que ha dado lugar a una comunidad de catwalkers y adventure cats.
La organización RSPCA, de protección animal, ha actualizado sus recomendaciones alentando a introducir el arnés de manera gradual. Sin embargo, se señala que no todos los gatos disfrutan de esta experiencia, ya que muchos prefieren la seguridad de su entorno conocido.
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