En la comarca palentina de Tierra de Campos, a orillas del río Carrión y muy cerca de la antigua calzada romana que sirvió como parte del Camino de Santiago, se encuentra el Real Monasterio de San Zoilo, en el corazón de la región deCastilla y León.
Este templo destaca no solo por su valor arquitectónico y artístico, sino también por ser el lugar de descanso de 12 reyes y nobles olvidados, figuras que marcaron la historia medieval de León y Castilla, aunque hoy pocos recuerden sus nombres.
Fundado en el siglo X como San Juan Bautista por los condes de Carrión, Don Gómez Díaz y Teresa Peláez, el monasterio cambió de advocación en el siglo XI tras recibir las reliquias del mártir andaluz San Zoilo, que siguen siendo veneradas bajo sus muros. Desde entonces, el lugar fue panteón de reyes, condes y nobles, convirtiéndose en un verdadero museo funerario de la nobleza olvidada.
Una vista del Monasterio San Zoilo. (Foto: Palencia Turismo)
El monasterio de Castilla y León: panteón de reyes y nobles olvidados
Uno de los mayores atractivos de San Zoilo es, sin dudas, su panteón histórico. Entre los sepulcros y laudas funerarias se encuentran los restos de 12 reyes y nobles, entre ellos:
- Fernando Malgradinense, señor de Benavente y yerno de Alfonso VI.
- Miembros de la familia de Ramiro II de León y descendientes de Bermudo II, aunque algunos restos fueron trasladados posteriormente a otros monasterios.
- Los condes fundadores Teresa Peláez y Gómez Díaz de Carrión, cuyas tumbas muestran escenas talladas del Calvario, la Anunciación y la Epifanía.
- Varios miembros de familias nobles vinculadas a la Corona de León y a la ruta jacobea, que hoy permanecen en la memoria solo a través de sus sepulcros.
En total, 12 personajes históricos de alta relevancia, muchos olvidados por los libros de historia, descansan bajo sus muros. Las laudas funerarias y arquetas muestran una combinación de arte románico y medieval, con esculturas, inscripciones y decoraciones que permiten reconstruir parte de la vida y linaje de estos personajes.
Los estudios históricos y arqueológicos destacan la importancia de este conjunto, ya que representa una genealogía casi completa de la nobleza leonesa y castellana de los siglos XI al XIII.
Estos restos reflejan la relevancia política del monasterio durante la Edad Media y muestran que este monasterio fue un centro de poder y memoria histórica, donde la espiritualidad y la nobleza se entrelazaban, y donde la historia de Castilla y León se preserva en obras de arte.
El monasterio de Castilla y León: historia y fundación
El monasterio nació bajo el impulso de los condes de Carrión, Teresa Peláez y Gómez Díaz, en el siglo X. Su primer nombre, San Juan Bautista, cambió tras la llegada de las reliquias de San Zoilo desde Córdoba, convirtiéndose en un lugar de peregrinación y centro religioso clave.
En 1076, Teresa Sancha cedió el monasterio a la orden de Cluny, consolidando su papel en la red de monasterios cluniacenses del Reino de León. Más tarde, pasó a depender de los Benedictinos de San Benito el Real de Valladolid y luego fue intervenido por la Compañía de Jesús durante la desamortización, cuando se convirtió en colegio y seminario.
Durante siglos, San Zoilo fue escenario de eventos históricos: allí se nombró caballero a Alfonso VIII, también funcionó como residencia real y fue panteón de varias familias nobles, reafirmando su importancia como centro funerario de la realeza y la aristocracia olvidada.
La iglesia del Monasterio San Zoilo. (Foto: Palencia Turismo)
Arquitectura y reliquias destacadas
El claustro principal, de estilo plateresco, es obra de Juan de Badajoz, ampliado por artistas como Pedro Torres y Miguel Espinosa. Tiene dos plantas: la inferior con bóvedas de crucería y la superior con arcos de medio punto, decoradas con 230 medallones que retratan la genealogía de Cristo y personajes de la Orden Benedictina.
La iglesia actual, del siglo XVII, reemplazó a la románica original y cuenta con una sola nave y un retablo mayor procedente de Santa María de Arvís, con tallas, altorrelieves y un Calvario de Antonio Ribera. También se destacan la portada románica de la Sala Galilea (siglos XI-XII) y el patio neoclásico, que albergaba celdas monacales y dependencias auxiliares.
Los Mantos del Conde y la Condesa, telas islámicas del siglo XI, son otro tesoro del monasterio, testimonio de intercambios culturales únicos entre cristianos y árabes.
Una de las habitaciones del Montasterio San Zoilo que es parte del hotel. (Foto: Monasterio San Zoilo / Hotel)
De Monasterio medieval a hotel de lujo
En 1993, parte del monasterio fue rehabilitada y convertida en el Hotel Real Monasterio San Zoilo, un alojamiento de lujo que conserva el espíritu histórico de la edificación religiosa de antaño.
Las habitaciones se ubican en torno al claustro alto, la antigua huerta transformada en jardines, las celdas y la enfermería alta. Además, cuenta con restaurante Las Vigas en el antiguo desván de las cocinas, manteniendo la viguería original, y dos comedores históricos: el del Abad y el Refectorio.
El monasterio es accesible y ofrece una experiencia única para los peregrinos del Camino de Santiago y turistas interesados en historia, arte y cultura, combinando patrimonio con confort moderno.
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