Lo opuesto al radicalismo es moderado, según sus antónimos. En Misiones, como en todo el país, la UCR está más tibia y obsecuente que nunca.
Han pasado sin dudas al relegamiento absoluto de la actualidad política en un ecosistema de frentes que no pueden sostener. Se excusaron que en la historia siempre los volvieron a buscar pero se olvidaron que la última vez que los trajeron (en 2001) estallaron un país dejando un saldo de 39 muertos en la masacre del 19 y 20 de diciembre.
Hoy la UCR Misionera pende de un hilo con el abogado eldoradense Gustavo González en la cabeza de la lista. El mismo que tiempos atrás fue con una lista propia, dinamitando los acuerdos de la convención provincial que habían logrado un acuerdo. Olvidó Gustavo, totalmente, que su Diputado Nacional, Martín Arjol todavía radical acompañó el recorte a la educación, la salud y los jubilados en cada oportunidad que tuvo en el Congreso de la Nación. Ahora se presenta como el paladín de la Justicia Social.
Por su parte, Martín Arjol sigue cayendo en picada, se va a sentar en una banca en la Legislatura Provincial solo, sin acuerdos de ningún tipo y dejará en evidencia su capacidad absoluta para dinamitar todo tipo de debates constructivos. Un caprichoso y excéntrico como él solo va a mostrar la hilacha de quién es, totalmente encorsetado en su actitud destructiva y conservadora de la política.
Lo que será curioso, de ahora en adelante, es el trayecto que seguirá Pepe Pianesi. El mariscal de la derrota provincial en las elecciones misioneras, Pianesi se queda sin banca para calentar: termina su mandato en la Cámara de Diputados de Misiones y, con sus escasos 4000 votos, no logró volver al Concejo Deliberante posadeño por el cual pasó en el período 2013 – 2017. ¿De qué se va a disfrazar ahora que no va a tener la autoridad de la banca para presionar puertas adentro?
Es bastante incierto el futuro de un partido que viene sufriendo muchos reveses y una fuga de cuadros importantes desde hace años. Estamos viviendo, quizás, uno de los momentos más agonizantes del radicalismo misionero y empieza entonces el momento de comprar una corona de flores.