La demanda de insumos para el agro en general y la ganadería en particular se mantiene, aunque con cambios visibles en la conducta de compra. Así lo plantearon distintos proveedores durante la Semana Angus de Primavera en el Centro de Remates y Exposiciones de la Asociación Argentina de Angus, en Cañuelas, y organizada junto con Expoagro.
En las empresas destacaron que, al igual que ocurre con las producciones agrícolas, el productor ganadero ya no se stockea como en tiempos de alta inflación, cuando adelantaba adquisiciones para todo el año, sino que ahora compra lo necesario y planifica con horizontes más cortos. También dijeron que se observa una inclinación a priorizar productos de mejor calidad. La tendencia también se refleja en otro frente: creció el pedido de mayores plazos de pago, aunque las empresas reconocieron que ya no pueden ofrecer financiamiento tan extendido como antes, en parte por el encarecimiento de las tasas.
“La demanda se mantiene estable, pero ya no se adelantan compras como sucedía en épocas de alta inflación. Ahora las adquisiciones se hacen ‘a demanda’: lo justo y necesario, o con un horizonte de dos a tres meses en el caso de las administraciones más grandes”, explicó Mario Cuccolo, jefe técnico de Ganadería de Tecnovax. En este contexto, señaló que este año, muchos productores prefirieron no vender toda la zafra de terneros al destete, sino ir liberando lotes según sus obligaciones financieras.
También detalló que, si bien la demanda en volumen no cambió, el productor se fija más en el valor de los productos. “Cuando hay opciones de mayor calidad, aunque de costo más elevado, analiza mucho la relación costo-beneficio y la calidad percibida. Ahí también hay un cambio”, indicó.
Por su parte, Fernando Maceri, de Feed-Plast, dijo que este año fue “medianamente irregular”, a diferencia del anterior, que había sido más positivo. Hubo momentos de especulación, tanto del lado del productor como de los intermediarios, aunque en las últimas semanas se observó una mejora en los pedidos.
Según indicó, las recientes medidas económicas, donde además de suspender las retenciones a los granos también se hizo para la carne, ya empezaron a dinamizar el mercado: “En estos pocos días vimos una levantada en los pedidos”. También señaló que la lamentable situación de los campos anegados en la provincia de Buenos Aires obligó a reforzar la alimentación de los rodeos, lo que repercutió en la actividad.
Respecto a las condiciones financieras, advirtió: “Nuestros intermediarios empezaron a pedir más tiempo, pero nuestros proveedores de materia prima no nos dan ese margen. Eso genera una tensión financiera que, con las tasas actuales, complica poder trasladarlo”.
Para Germán Pereyra, de Villanueva Agro, el productor ya no se stockea, pero sí busca calidad. “Si el precio es competitivo, prefiere mejores marcas”, dijo. Además resaltó el impacto de la inminente obligatoriedad de la identificación electrónica individual del ganado: “El año pasado las caravanas electrónicas representaban un 5% o 6% del mercado, y hoy superan el 20%. Es un momento para invertir y apostar a nuevas herramientas, y en la calle se nota que el productor lo está haciendo”.
En la misma línea, Axel Mauhourat, coordinador del Servicio Técnico de CDV, coincidió en que la actividad se sostiene con buenos números, apalancada por un productor “más animado” gracias a los precios de la carne y la leche. Sin embargo, subrayó que el patrón de consumo cambió: “Antes había un negocio diferente: tanto las distribuidoras como los productores se stockeaban, y la distribución y comercialización era distinta. Hoy el campo pide lo que va a utilizar a corto plazo, no se stockea, y eso hace que los negocios sean diferentes”, señaló.
Mauhourat describió, además, un escenario de transición en el que las condiciones financieras también marcaron un giro. “Con el cambio de gobierno hubo un momento en que se empezó a pagar más de contado. Ahora los productores están pidiendo más plazo, pero se sigue comercializando lo que realmente se utiliza. Se dejó de manejar stock y de hacer negocios financieros vinculados a la inflación. Eso hoy ya no existe. En resumen, el mercado se sinceró”, resumió.
Desde otra perspectiva, Gonzalo Mosquera, de Farmquip, sostuvo que este año el mercado mostró mejores números, aunque con oscilaciones. “Arrancó bien, pero después los cambios del dólar, de la economía o de las tasas bancarias nos afectaron en insumos como el acero. Todo está atado al dólar, y eso obliga a ajustar con promociones, formas de pago o negociación de valores”, explicó.
En cuanto a las inversiones, describió que en contextos de incertidumbre el productor tiende a frenar las de mayor envergadura, a la espera de mayor estabilidad cambiaria o financiera. “Por eso, no siempre son tan altas, aunque el movimiento no se detiene del todo”, indicó.
De cara al futuro se mostró optimista: “El productor busca innovaciones que le den más durabilidad y eficiencia en sus instalaciones. Siempre que alguien tiene que reinvertir y cambiar sus mangas viejas de madera u otros materiales, acude a nosotros. En ese sentido, las perspectivas son positivas”.