FLORENCIA.- Trípticos, palas de altar con escenas bíblicas, pinturas y frescos de santos, madonnas con el niño, anunciaciones, crucifixiones. Todas, con detalles impactantes, mucho dorado y colores vivos. Es lo que puede apreciarse en la gran muestra dedicada al Beato Angelico (1395-1455), artista símbolo del arte del Renacimiento y uno de los principales maestros del arte italiano, que abrió hoy por primera vez en Florencia en dos sedes: el Palazzo Strozzi y el Museo de San Marco, donde se encuentra el convento homónimo donde vivió y trabajó el también llamado fraile-pintor.
El pintor que escandalizó al siglo XIX
Bautizado en verdad Guido di Piero y llamado de joven “Guidolino” por su físico pequeño, tras convertirse en monje dominico el artista pasó a llamarse Fra Giovanni da Fiesole, localidad sobre una de las colinas que rodea Florencia donde, en otro convento dominico, también tuvo su taller. Influenciado por los Medici, grandes mecenas florentinos de la época, que le encargaron obras religiosas, justamente lo que mejor sabía hacer por su devoción, la fama del fraile-pintor trascendió su patria, Florencia. Tanto es así que recibió encargos desde localidades como Cortona, Perugia, Orvieto y, por supuesto, Roma. Se trasladó a la capital del entonces Estado Pontificio a fines de 1445, donde fue hospedado en el convento dominico de Santa María sopra Minerva, tras un llamado de Eugenio IV (pontífice entre 1431 y 1447), que había podido admirar sus obras en San Marco.
Trabajó también para el papa Niccoló V (electo en 1447), que le confió la decoración de una capilla, no conservada, en la Basílica de San Pedro. Luego de morir en 1455 en Roma -su tumba se encuentra en la iglesia de Santa María Sopra Minerva-, en el año 1469 fue definido “Angelicus pictor”, término que se convirtió después en el nombre del fraile-artista, que el 3 de octubre de 1982 fe beatificado por Juan Pablo II. El mismo pontífice polaco (1978-2005) en 1984 lo proclamó patrono universal de los artistas.
La magnífica muestra en su honor -que se da exactamente 70 años después de la primera gran exhibición habida en Florencia sobre él, en 1955-, aborda la producción, el desarrollo y la influencia del arte de Beato Angelico. Además, su relación con pintores como Lorenzo Monaco, Masaccio, Filippo Lippi, pero también con escultores como Lorenzo Ghiberti, Michelozzo y Luca della Robbia.
Impresionante muestra desde hoy en Florencia dedicada a #BeatoAngelico, fraile-pintor del Renacimiento en @palazzostrozzi #wow pic.twitter.com/VHWlY9oZLg
— Elisabetta Piqué (@bettapique) September 26, 2025
Célebre por un lenguaje que, partiendo de la herencia tardo-gótica, utiliza los principios del naciente arte renacentista, Beato Angelico creó pinturas famosas por su perspectiva, el uso de la luz y la relación entre las figuras y el espacio.
Esto queda claro en la muestra, que por primera vez reúne a más de 140 obras, entre pinturas, dibujos, miniaturas y esculturas del gran maestro, provenientes de prestigiosos museos como el Louvre de París, la Gemäldegalerie de Berlín, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery de Washington, los Museos Vaticanos, la Alte Pinakothek de Munich, el Rijksmuseum de Ámsterdam, sin contar bibliotecas y colecciones italianas e internacionales, iglesias e instituciones. La exhibición se extenderá hasta el 25 de enero.
Arturo Galansino, director de la Fundación Strozzi, en la conferencia de prensa de esta muestra “extraordinaria y sin precedente” a la que asistió LA NACION, destacó los frutos de un proyecto audaz que tuvo detrás cuatro años de trabajo. Se trató de una operación de excepcional valor científico e importancia cultural ya que, en este proceso, no solo más de 30 obras pudieron ser restauradas -de hecho, las pinturas, retablos, trípticos, resplandecen, maravillosas, en sus colores y dorados-, sino, también, se lograron reunir palas de altar separadas y dispersas desde hace más de 200 años.
“Cuando llegó la propuesta de esta gran muestra de Beato Angelico, a todos les temblaron las rodillas porque normalmente se lo identifica con el convento de San Marco, que no se puede mover… Fue una hipótesis de gran coraje y esfuerzo colectivo”, resaltó Stefano Casciu, director regional de Museos Nacionales del Ministerio de Cultura italiano, que, como muchos otros entes, también privados, respaldaron la gran iniciativa.
“Logramos reconstruir la pala del altar de San Marco que Cosme de Medici le había comisionado al Beato Angelico, con 17 de las 18 tablas del conjunto existentes, 9 prestadas por museos de Europa y Estados Unidos”, resaltó el curador, Carl Brandon Strehlke, curador emérito del Philadelphia Museum of Art. “Pedir prestadas obras de arte de este nivel es más qué difícil”, comentó, al subrayar asimismo que la muestra, en otra propuesta diferente, hace que los expectadores tengan que atravesar Florencia -y degustar otras joyas-, al desplazarse desde el Palazzo Strozzi (unos quince minutos a pie pasando nada menos que por el Duomo), hasta el Museo de San Marco.
Este surge en el homónimo convento dominico, extraordinario capolavoro arquitectónico realizado por Michelozzo (1396-1472) por comisión, también, de Cosme de Medici, entre 1437 y 1443. Allí, el visitante no solo se encuentra con ulteriores obras de inmenso valor del fraile-pintor, sino también puede contemplar sus frescos. Entre ellos, uno de la Anunciación pintado sobre un muro que salta a la vista al final de la escalera que lleva al primer piso, donde se encuentran las más de cuarenta celdas que eran de los monjes. En ese lugar, otra cosa imperdible de visitar es la biblioteca, considerada la primera pública de la historia, según explicaron en la conferencia de prensa, donde se nota que en verdad el fray Angelico era un iluminador de textos sagrados.
En el recorrido tampoco hay que perderse el Cenáculo realizado por Domenico del Ghirlandaio (1448-1494) en el comedor “pequeño” de la planta baja del convento, también encantador por sus bellísimos claustros, un punto neurálgico de la Florencia del siglo XV, encrucijada de devoción religiosa, cultura y poder político.
“Beato Angelico es un hombre del período más intrigante de la historia del arte, cuando los monjes se convertían en artistas, como también ocurrió con Filippo Lippi, que en verdad dejó los hábitos al conocer una simpática monja”, recordó Eugenio Giani, actual presidente de la región Toscana, que hizo estallar risas durante la inauguración. “Beato Angelico es el maestro del color, fue el hombre más amado por Cosme de Medici y un gran protagonista del Renacimiento”, destacó Giani, apasionado de arte que confesó que, para él, su Anunciación “es la más linda de todas”.