“Hay otra manera”, dijo Martín Lousteau, candidato a diputado nacional por Ciudadanos Unidos, al compartir su segundo spot de campaña. “Es mentira que la Argentina se reduce a ser kirchnerista o libertaria”, afirmó Hernán Reyes, que se suma a la contienda por la Cámara baja por la Coalición Cívica, durante la presentación de candidatos de la alianza Hagamos Futuro. Plantean una alternativa. O varias.
Cuando falta menos de un mes para las elecciones legislativas, así se prepara el centro para dar batalla en las urnas. No es una tarea fácil. Llegan a octubre con el mismo desafío que en los comicios porteños de mayo: enfrentar la polarización, atomizados.
Para que vos puedas estar donde tenés que estar.
Hay otra manera. Es con Graciela. Es con Martín.
Es Unidos. pic.twitter.com/unGPZk0QcD— Martín Lousteau (@GugaLusto) September 23, 2025
No iba a ser así. Aunque el cierre de listas dejó heridos, rupturas de último momento y alianzas implosionadas, en las semanas previas algunos dirigentes se ilusionaban con la posibilidad de conformar un frente unificado de centro. Se intentó −coincidieron en los distintos partidos consultados por LA NACION−, pero las diferencias en torno a quiénes debían encabezar las listas condujeron las negociaciones a un punto sin retorno.
En el radicalismo aseguran que intentaron conformar una coalición amplia para las elecciones porteñas de mayo. La intención de Lousteau era que su postulante Lucille “Lula” Levy integrase la lista que encabezaba el exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
No lo consiguió. El exalcalde terminó sellando una alianza solo con Confianza Pública (de Graciela Ocaña) y se convirtió, sin contar a Pro, en el único espacio de centro en superar el piso del 3%. Unos meses más tarde, rumbo a la contienda nacional, los integrantes de aquello que se llamó Volvamos Buenos Aires estaban dispuestos a ampliar la coalición.
En la sede del Movimiento al Desarrollo, el think tank de Rodríguez Larreta, se realizaron algunas reuniones preliminares para empezar a diseñar ese frente unificado. La Coalición Cívica apoyaba la iniciativa, al igual que otros partidos locales como Transformación, del exlibertario Eugenio Casielles. La Unión Cívica Radical (UCR) todavía compartía esa voluntad colectiva, pero −según recuerdan quienes intervinieron en esas negociaciones− el partido centenario demoraba en confirmar su adhesión a la alianza.
También se intentó convencer, sin éxito, a Ricardo López Murphy. El plan era evitar fragmentar el apoyo del votante del ex Juntos por el Cambio que la confluencia de Pro y La Libertad Avanza dejó disponible. Pese a que hubo algunas mesas de diálogo, el economista pronto se decantó por competir con otro sello: Potencia.
A esa primera fuga no tardó en sumarse otro obstáculo: el salto de Facundo Manes de la provincia a la ciudad. Distintos sectores de la alianza en formación resistían una candidatura del neurocientífico, en especial −según señalaron fuentes presentes en las negociaciones− el exalcalde porteño, que apuesta a recuperar la jefatura de gobierno en 2027. Aunque Rodríguez Larreta no tenía intenciones de nombrar candidatos, se habría posicionado como un actor con capacidad de veto al interior de la coalición.
Según pudo saber LA NACION, Manes también se mostraba reacio a compartir espacio con el exjefe de gobierno, lo que explicaba la demora en la adhesión del radicalismo a la alianza. Además, el arribo del neurocientífico abría una oportunidad para el partido centenario: como tanto Lousteau como Manes cuentan con una alta visibilidad pública −un factor que estiman central tras la aprobación de la Boleta Única de Papel (BUP)− podían apostar a hacer una buena elección, incluso compitiendo con una lista más endogámica. El socialismo, que ya había confluido con ellos en los comicios de mayo, los acompañaría.
Fue así que, cuando se cerraron las alianzas, se presentaron dos coaliciones: por un lado, Ciudadanos Unidos (UCR, el socialismo de Roy Cortina y Unión Popular Federal) y, por el otro, Hagamos Futuro (Coalición Cívica, Confianza Pública, con el respaldo de Rodríguez Larreta y Casielles). Este último frente llevaría a Ocaña como candidata a senadora y al lilito Hernán Reyes para Diputados.
Esos armados tuvieron una vida corta y terminaron implosionando con la definición de candidaturas. En el entorno de Lousteau recuerdan que, el viernes previo al cierre de listas, Manes les informó que se presentaría por su cuenta. El neurocientífico ya había roto con la UCR en mayo pasado, cuando lanzó su espacio Para Adelante, y, en el partido centenario, estiman que su decisión de jugar por separado buscaba justamente evitar una contradicción con ese distanciamiento y su discurso de renovación. LA NACION intentó consultar al entorno del diputado, pero al cierre de esta nota no había obtenido respuesta.
Cualquiera fuera el motivo, su deserción incitó al radicalismo a volver a tocar la puerta de Hagamos Futuro. Los ánimos de conciliación ya no eran los mismos. “No hubo ninguna forma de convencer a Lilita”, aseguró a este medio una fuente que participó de las mesas de negociación. En la Coalición Cívica se negaban a cederle el lugar de Reyes a Lousteau.
En el partido de Carrió no lo desmienten. Aclaran, sin embargo, que la intransigencia respondía a una cuestión de identidad de la alianza: esperaban darle una impronta de renovación al espacio con la postulación del legislador porteño. En el radicalismo no compartían esa estrategia. Cuando apostaron por caras nuevas en la elección porteña, obtuvieron un resultado adverso, una situación que temían se agravara con la implementación de la BUP.
Ese bajo desempeño tampoco facilitaba una concesión de los lilitos, que no olvidaban que, aunque ninguno superó el umbral, su espacio consiguió más votos que el partido centenario: 2,49% en soledad frente al 2,31% de la alianza Evolución que nucleó a la UCR, el GEN, el socialismo y el partido Unión Popular Federal.
Lousteau desestima que esa magra cosecha se replique en octubre. Confía en que su alta visibilidad y su férrea oposición al Gobierno −que se convirtió en un capital político importante tras la derrota libertaria en Buenos Aires− le basten para conseguir al menos un 12% y dos bancas, la suya y la de la referente universitaria Piera Fernández.
Salvo la Coalición Cívica, los otros espacios que integraban por entonces Hagamos Futuro también veían en Lousteau la posibilidad de alcanzar una base de apoyo de dos dígitos. Por este motivo, a horas del cierre de listas, pegaron el portazo. Ocaña pasó a encabezar la nómina del Senado de Ciudadanos Unidos; Rodríguez Larreta, pese a algunas asperezas no limadas con el líder radical, la siguió. Por los cambios de último momento, no figuran formalmente inscriptos en la alianza radical ante la Justicia Electoral.
Los invito a mantener con estoicismo nuestros valores. Porque la victoria es sostenernos en las creencias. pic.twitter.com/NNOyFLiNag
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) August 17, 2025
“Como tantas veces en la historia, nos toca estar solos”, ratificó Carrió tras la renuncia de Confianza Pública. Y, otra vez, la historia se repite para los partidos de centro, cuya confluencia se diluye cada vez que empieza la danza de nombres. Mientras se activa la campaña, el riesgo de revivir el desenlace de mayo sigue, cuanto menos, latente.