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«Aprovecho para mandarle un saludo a Miguel. Yo estoy acá porque él no pudo, se está cuidando para ponerse mejor y considerar cuándo pueda volver». La frase de Claudio Úbeda después de la derrota ante Defensa y Justicia expuso una situación que no se daba al menos en Boca desde hace más de 40 años. La de un entrenador que no puede dirigir por problemas de salud y su ayudante de campo queda al frente del equipo. Fue entre octubre y noviembre de 1981 cuando Horacio Bongiovanni reemplazó a Silvio Marzolini durante nueve partidos del Torneo Nacional luego de un operación por una afección coronaria.
No se sabe si Bongiovanni dio conferencia de prensa ni si le mandó saludos a Marzolini. La diferencia es que Boca venía de ser campeón en el torneo anterior, tenía un equipazo con Diego Maradona, eran otras épocas y, sobre todo, ganó siete y empató dos de esos nueve partidos.
La derrota del sábado en Varela, sumada al triunfo que se escapó con Central Córdoba en la Bombonera, abrieron el debate en el Mundo Boca sobre el futuro de Miguel Ángel Russo en el cargo, la continuidad de Úbeda al frente o la búsqueda de un nuevo técnico. En un contexto deportivo complicado por la falta de títulos y participaciones en copas, que va mucho más allá de los últimos resultados. En todo caso, la situación de Miguel y los últimos resultados actuaron como detonante para que los hinchas se expresen a través de las redes sociales y de la encuesta de Olé, en la cual un 80% exige cambio de entrenador y solo un 20% quiere que siga el Sifón.
La falta de información oficial para los hinchas
La rapidez con la que Boca reaccionó la semana pasada a lo vivido por el Chipi Barijho con un preciso parte médico no se dio de la misma forma en este mes en el que Russo estuvo varias veces internado, no pudo asistir a entrenamientos y el sábado por primera vez se ausentó a un partido. Ni las redes sociales, ni El Canal de Boca, ni ninguna autoridad se refirió a la cuestión, lo que generó ciertas críticas de hinchas en las redes. «Si es por Boca, me entero que no tenemos DT el sábado cuando prendo la tele», recriminó uno.
Boca maneja con mucho recelo la información al respecto. Son trascendidos, comentarios, voces en off. De hecho, en su vuelta tras la primera internación, el propio DT paró en seco a un periodista que le preguntó por su salud: «¿Vos cómo me ves? Hubo muchos que dijeron muchas tonterías, me entran por un oído y me salen por el otro. El que sale por su salud es uno mismo». Parece ser el propio Miguel y su familia los que prefieren el silencio.
Cuando salud del DT empiez a afectar lo deportivo
Después de ese regreso a los entrenamientos que le permitió estar presente ante Rosario Central y Central Córdoba, Russo lamentablemente volvió a quedar internado durante la semana pasada y no estuvo en condiciones de dirigir contra Defensa. Y de un partido a otro, por primera vez la salud empezó a mezclarse con lo deportivo.
Ya no se trató de ausencias a una semana de entrenamientos, sino directamente de deficiencias claras durante los 90 minutos. De la falta de reacción a la necesidad de cambios en la Bombonera (una sola modificación y derrota táctica con De Felippe en el ST) con Miguel debilitado y expuesto en una imagen de TV a la ausencia de liderazgo en Varela con Úbeda no asumiento su rol y mandando saludos a través de las cámaras en la conferencia.
Russo, entre Úbeda y Rodríguez, hablando en el banco de suplentes en el partido entre Boca y Central Córdoba.
“Las decisiones importantes las toma Miguel. Todo lo consensuamos, lo hablamos permanentemente”, explicó el Sifón en una de sus primeras respuestas, dejando en claro que su imagen como líder del cuerpo técnico no es tan así y que todo puede volverse más confuso sin un liderazgo claro, entre las opiniones desde afuera de Russo y la conducción a medias de sus ayudantes.
En medio de esta situación, encima, Boca desaprovechó dos oportunidades para subirse a la punta de las dos tablas y no sólo eso, sino que el empate y la derrota lo bajaron al sexto puesto de su zona en el Torneo Clausura y lo sacaron después de varias fechas de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores a través de la tabla anual. Y los resultados mandan. Más en el contexto general de dos años lejos de la máxima obsesión y el riesgo de un tercero…
El debate inevitable del Mundo Boca
El debate, entonces, es si Russo va a poder retomar sus funciones o seguirá en el cargo con las últimas intermitencias, si debe seguir Úbeda pese a que no tiene la trayectoria que Boca siempre exigió para el cargo o si es necesario buscar un nuevo entrenador cuando quedan seis fechas por delante en las que se define casi todo. La clasificación a los playoffs del Clausura y sobre todo, a la próxima Libertadores.
Por lo pronto, las estadísticas del Sifón como DT se viralizaron en la previa de su debut en Boca, con una carrera en la cual perdió más partidos de los que ganó en cada uno de los clubes por los que pasó. Entre Huracán, Independiente Rivadavia, Racing, Boca Unidos y Magallanes de Chile. Incluso en su paso por la Selección Sub 20 no pudo romper esa barrera con cuatro victorias, cuatro empates y cuatro derrotas.
Foto: Fernando de la Orden / Claudio Ubeda es el DT en reemplazo Miguel Ángel Russo Boca Juniors visita a Defensa y Justicia Florencio Varela por Luga Fútbol Argentino
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Y si bien durante los últimos días hubo rumores de nuevo técnico, con el nombre de Jorge Almirón potenciado después de la eliminación de River ante el mismo Palmeiras que su Boca eliminó en 2023 en el Allianz Parque, la decisión parece ser seguir con el cuerpo técnico y priorizar el deseo de Russo de seguir trabajando pese a su delicada salud, ¿al magen de que los resultados puedan llevar a un 2026 sin Libertadores?
El apoyo a Russo y Úbeda que se dio -nuevamente por lo bajo, sin voces oficiales en público- durante este lunes es para hoy, después de un empate que pareció derrota y la primera derrota efectiva luego de seis partidos. Ahora se viene Newell’s en la Bombonera y Riquelme sabe todo lo que está en juego políticamente en estos partidos que restan, cómo su oposición espera por cada derrota y el costo que podría tener un nuevo año sin títulos y un próximo año sin Libertadores.
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