La limpieza de las ventanas es una de las tareas del hogar que más rápidamente se ve frustrada. La lluvia, el polvo y la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior hacen que los cristales pierdan transparencia con facilidad. El vaho, en particular, es uno de los factores que más afecta a la apariencia de las superficies de vidrio, dejando manchas de humedad que interrumpen la claridad. Por ello, no sorprende que circulen consejos domésticos que prometen prolongar la sensación de limpieza, entre ellos un remedio que ha ganado popularidad en redes sociales: el uso de glicerina.
Este compuesto suele encontrarse en farmacias y en tiendas especializadas de cosmética o química, y aunque se asocia principalmente a otros usos, algunos profesionales lo recomiendan para tareas de mantenimiento en el hogar. Según especialistas en el cuidado de ventanas como Megaservice, “la glicerina crea una fina capa invisible sobre la superficie del vidrio”. Ese ingrediente actúa como barrera humectante que contribuye a repeler la humedad, reduciendo la aparición de empañamiento y prolongando la claridad del cristal.
La preparación del producto resulta sencilla y económica. El procedimiento más utilizado consiste en mezclar 1 litro de agua tibia con 1 cucharadita de glicerina, agitando hasta lograr una solución uniforme. Una vez lista, la mezcla se vierte en un pulverizador para facilitar su aplicación. Antes de usarla, conviene realizar una limpieza tradicional del cristal, asegurándose de retirar el polvo y la suciedad. Posteriormente, se rocía la solución de manera homogénea y se distribuye con un paño de microfibra. Para quienes buscan un acabado más brillante, es posible dar un último repaso con una toalla de papel.
La acción de la glicerina no solo proporciona un aspecto de limpieza inmediata, sino que además deja una película muy delgada y transparente que ayuda a mantener la superficie libre de vaho durante más tiempo. Este efecto retardante sobre el empañamiento hace que las ventanas conserven su aspecto claro incluso en situaciones de contraste térmico. Pese a sus beneficios, los expertos aclaran que la glicerina no reemplaza la limpieza convencional. No elimina restos de polvo, partículas de contaminación o suciedad ambiental. Su aporte radica en retrasar la aparición de las marcas de humedad y alargar la sensación de cristales recién lavados.
Al tratarse de un compuesto seguro y no tóxico, su uso en entornos domésticos está considerado adecuado, siempre que se apliquen algunas precauciones. Se aconseja evitar el contacto directo y prolongado con la piel o los ojos, motivo por el cual resulta recomendable manipularla con guantes o con la ayuda de un paño. Este sencillo truco casero, basado en solo dos ingredientes, se presenta como una alternativa práctica para quienes desean mantener por más tiempo la transparencia de sus ventanas sin necesidad de recurrir a productos especializados de alto costo.
Por María Camila Salas Valencia.