En el automovilismo, con la Fórmula 1 como su máximo exponente, hay una cuota de suerte que es importantísima. Lo que pasó en el GP de Singapur es una clara prueba de ello: Franco Colapinto hizo una buena carrera, largando fenomenalmente y aguantando con un Alpine A525 que decayó significativamente (llegó 16°), pero todo podría haberse ido al tacho en caso de que Nico Hulkenberg (Sauber) le encajara un bombazo de la nada misma. Afortunadamente, zafó por centímetros.
La pelea entre el argentino y el alemán venía agitada desde unas vueltas antes, cuando el pibe fue adelantado por Yuki Tsunoda (Red Bull) y quedó expuesto a los ataques del corredor de Sauber, quien se lanzó por el exterior y fue presionado hacia el muro. Al ratito, fue por más, pero terminó mal para él.
Colapinto hizo una buena carrera en Singapur. (REUTERS/Athit Perawongmetha)
En una de las rectas, zona en la que se puede activar el DRS y que es la más favorable para adelantar, Hulk se enchufó al alerón trasero de Colapinto, bloqueó las ruedas e hizo un trompo. Franco estaba en pleno frenaje y llegó a doblar antes de que su rival pasara de largo. Un segundo más tarde y los dos hubieran abandonado…
Como no impactó contra el muro, Hulkenberg pudo reincorporarse, pero no volvió a estar en posición de llevarse algo del trazado urbano de Marina Bay: paró para montar neumáticos blandos y terminó último. Por el lado del bonaerense, estuvo cerca de terminar 13°, pero fue adelantado por Lance Stroll (Aston Martin), Alexander Albon (Williams) y Liam Lawson (Racing Bulls), todos con gomas más nuevas.
Así fue el trompo de Nico Hulkenberg
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