Si había algo que a Newell’s le faltaba para profundizar su fuerte y extensa crisis era recibir una derrota semejante ante Boca, en la Bombonera. Si el público leproso ya viene irritado desde hace tiempo por lo institucional y lo futbolístico, ver desde su casa la caída de su equipo por un contundente y nada exagerado 0-5, se palpa, es la gota que rebalsó el vaso en la relación.
Se evidenciará el próximo viernes, cuando en el estadio Marcelo Bielsa reciba nada menos que a Racing. Todavía con Cristian Fabbiani en el banco, ya que en la conferencia de prensa confirmó su continuidad, aferrándose al contrato que lo vincula hasta diciembre. “No voy a abandonar”, lanzó.
Anteúltimo en la Zona A del Torneo Clausura, la mirada ya está puesta decidídamente sobre el exjugador de la institución, que no puede encontrarle la vuelta a un conjunto que en la tabla sólo está por encima de Aldosivi (el viernes ganó por primera vez en el campeonato) y contabiliza apenas dos éxitos en once jornadas, en las que cayó en cinco oportunidades.
“Hasta diciembre voy a seguir. Tengo que poner la cara. Sé que es una situación difícil. Ahora, en casa, tenemos que sacar los tres puntos. Tenemos que demostrar de qué estamos hecho para salir de esto”, comenzó su diagnóstico acerca del sensible momento.
Ahí está el punto; Newell’s parece no tocar el piso en cada fin de semana y la goleada sin piedad que recibió (pudieron ser más que cinco) tenía olor a golpe de gracia para el ciclo, algo que el Ogro desestimó sin titubear, creyendo en sus futbolistas y en el apoyo de la gente, algo que parece no ser tal: las repercusiones con sólo ver las redes sociales indican un hartazgo difícil de revertir. Se verá qué dicen las tribunas rojinegras.
“Tenemos que poner los huevos más que nunca en esta situación. A los jugadores no se les dice nada: hay que comer mier… porque la situación lo amerita. A los hinchas tampoco, porque nos siguen bancando. Jugamos de local y llenan la cancha. Entonces, estoy agradecido con ellos porque son los que están siempre”, opinó Fabbiani. “No se puede hablar más. Pasaron un montón de cosas y hay que ponerle la cara a la situación. La realidad es que depende de nosotros y si no levantamos, va a ser difícil. Yo sigo con la misma fuerza del primer día. Después veremos en diciembre”.
Uno de los dos triunfos que contabiliza el equipo data de la primera fecha, en Mendoza, ante Independiente Rivadavia (2-1). Es decir que apenas obtuvo una sola alegría en las últimas diez fechas, hace ya casi un mes: venció en Rosario a Atlético Tucumán (2-0), acumulando en su Coloso dos caídas (ante Banfield y Barracas Central) y dos igualdades (con Central Córdoba y Estudiantes). En el medio también perdió el clásico en Arroyito por el tiro libre espectacular y agónico de Ángel Di María, además de ser eliminado por Belgrano en los cuartos de final de la Copa Argentina.
“Es imposible rescatar algo de este partido, no hay nada positivo. ¿Cómo se sale? Trabajando, callado. El viernes hay que tirarse de cabeza y así volver a lo que era Newell’s antes. Hoy se perdió el orden. Hay que recuperarlo lo antes posible porque ya termina el Torneo», continuó con una receta que se verá si es cumplida.
A propósito, desestimó que los futbolistas no estén dando el ciento por ciento. “No siento que me hayan soltado la mano. Al contrario: es fútbol y ellos son seres humanos. A veces, las cosas salen; a veces, no. Nadie me soltó la mano porque, primero, tengo un contrato y, segundo, la mayoría de jugadores se van. Entonces, no lo veo así“, analizó.
”Ustedes mismos (los periodistas) decían que Boca no jugaba bien antes de este partido. Y hoy apareció el Boca que le gusta a la gente: hay que reconocer que nos superó, es la realidad», bajó el perfil y se sinceró. De hecho, reaparecen sus declaraciones del semestre pasado, cuando le ganó al Xeneize como local por el Apertura (2-0) y en una respuesta deslizó que “creía que el partido iba a ser un poquito más difícil”. Vale aclarar que fue más una chicana para Fernando Gago que una crítica a Boca institución (por algunas declaraciones del hoy entrenador de Necaxa que no le gustaron), pero hoy esa frase se replica desde el lado azul y oro. El hincha de Newell’s, de alguna manera, también queda incluido en el festín boquense y se potencia el fastidio.
«CREÍA QUE EL PARTIDO IBA A SER UN POCO MÁS DIFÍCIL»
👀 El Ogro Fabbiani, DT de Newell’s. pic.twitter.com/kAV8JpTM2I
— SportsCenter (@SC_ESPN) March 31, 2025
“Excusas no tiene que haber. Cuando el jugador entra a la cancha se olvida de lo de afuera. Tenemos que mejorar nosotros. Lo que está pasando en el club no ayuda, pero la culpa es nuestra. Nos tenemos que hacer cargo de la situación. Con nueve defensores no nos pueden hacer prácticamente tres goles de cabeza o con rebotes. Las segundas pelotas eran de ellos. Hay que corregir. Obvio que la gente no va a estar contenta”, pronosticó el clima del viernes y le restó influencia al constante pedido de renuncia por parte de la gente al presidente Ignacio Astore.
El semblante de Fabbiani cambió en poco tiempo. En febrero decidió dejar el firme andar que construyó en Deportivo Riestra para dar vuelta la situación de Newell’s, algo que no estaría logrando. La paradoja es la actualidad de ambos clubes: mientras la Lepra no puede curarse una herida muy profunda, el Malevo lidera la zona contraria y no deja de estirar su invicto en el Guillermo Laza (ambas cosas, al menos, hasta este lunes, cuando enfrente a Vélez).
Además, mientras Newell’s quedará -probablemente- fuera de los ocho mejores que clasifican a los octavos de final, Riestra sueña con jugar la Copa Sudamericana (hoy estaría clasificando) y, por qué no, la Libertadores.
Cristian Fabbiani se fue de la Bombonera con un doble desafío: continuar con el intento de levantar a Newell’s, pero ahora también estará bajo la lupa cómo lo empiezan a tratar los hinchas que vienen de golpe en golpe.