Misiones
Visita a Tekoa Arandú permitió evacuar dudas y mitos
Formación docente con mirada territorial y bilingüe en San Pedro

Futuros docentes de San Pedro viven una experiencia necesaria, enriquecedora e inédita en su trayecto de formación, que busca fortalecer el trabajo en las escuelas bilingües, una realidad que en numerosas situaciones generó incertidumbre entre los nuevos educadores. A través de un proyecto que consiste en salidas didácticas a escuelas que funcionan en comunidades originarias, los estudiantes egresarán con una preparación acorde a la realidad educativa del municipio, en el marco de una propuesta impulsada por la Escuela Normal Superior N° 14.
La presencia de estudiantes del Profesorado de Educación Primaria en escuelas que funcionan en comunidades mbya no se había dado hasta ahora y formaba parte de uno de los anhelos de los directivos de los establecimientos educativos bilingües, quienes incluso manifestaron la falta de preparación para estar frente a un grado con esta modalidad. Una de las primeras salidas didácticas se realizó en la Escuela Intercultural Bilingüe (EIB) N° 812 de Tekoa Arandú, en Pozo Azul.
Precisamente, esta propuesta se enmarca en un proyecto de articulación pedagógica impulsado desde el Instituto de Formación Docente de la Escuela Normal Superior N° 14. Se desarrolla de manera conjunta entre varios espacios curriculares fundamentales para la formación de los futuros profesores de Educación Primaria, como el EDI II (Espacio de Definición Institucional, enfocado en Plurigrado y Bilingüismo), Práctica II, Práctica III y Educación Física.
En este sentido, el profesor Ernesto Añais contó a El Territorio sobre los propósitos de la salida. “Por un lado, queremos acercar a nuestros estudiantes a la realidad concreta de las escuelas rurales e interculturales bilingües de nuestra zona, un escenario laboral muy probable y enriquecedor para ellos. Por otro lado, buscamos promover una reflexión crítica y situada sobre las prácticas pedagógicas específicas que demandan estos contextos, yendo más allá de la teoría vista en el aula”, explicó.
De igual forma, detalló que la iniciativa nació de la necesidad de fortalecer la formación inicial de los docentes ante la diversidad real de una zona con características tan diversas como el departamento de San Pedro y sus localidades vecinas. En ese contexto, Añais resaltó: “Estas experiencias de inmersión en comunidades originarias no han tenido la visibilidad que merecen, y sentimos la responsabilidad de que nuestros egresados estén mejor preparados y sensibilizados. Esto traerá como resultado una formación docente en diálogo permanente con el territorio”.
En las salidas participan los estudiantes de segundo y tercer año del Profesorado de Educación Primaria, acompañados por los docentes a cargo de las cátedras articuladoras, entre ellos Ernesto Añais de EDI II, Víctor Núñez a cargo de Práctica II, Lorena Sotelo de Educación Física, Alicia Jara y Romina Cristaldo.
Experiencia
Según comentaron, la jornada en Tekoa Arandú fue una mezcla de ansiedad, sorpresa, empatía y entusiasmo, reflejados en los rostros de los alumnos visitantes. Concentrados, pudieron observar la dinámica de una escuela con idioma guaraní, lo que les permitió comprender cómo funciona una escuela plurigrado en un contexto EIB. Además, dialogaron con los protagonistas, mantuvieron una charla muy valiosa con los docentes de grado y, fundamentalmente, con los Auxiliares Docentes Indígenas (ADI).

Para esto, habían preparado previamente una guía de entrevista colaborativa donde plasmaron sus inquietudes sobre temas como el trabajo en pareja pedagógica, las estrategias para enseñar a niños de diferentes edades a la vez, y cómo se logra articular el currículum oficial con la cosmovisión y los saberes mbya que son parte esencial de dichas escuelas.
“Fue un espacio para evacuar dudas y derribar mitos. Prepararon y compartieron juegos y actividades lúdicas, coordinadas desde Educación Física. Los chicos de la escuela nos recibieron maravillosamente, compartimos bailes y se generó una conexión muy especial”, destacó el equipo de profesores que acompañó la actividad.
Herramienta para la formación
Si bien se trató de la primera experiencia en Tekoa Arandú dentro del proyecto articulado, la intención es darle continuidad y sistematizarla. “Queremos que las visitas a escuelas rurales y EIB sean parte constitutiva de la trayectoria formativa. Estamos evaluando futuras visitas a otras comunidades, siempre desde el diálogo y el respeto mutuo”, remarcaron desde la parte directiva.
Por otra parte, los profesores, junto a directivos y demás profesionales que intervienen en este tipo de decisiones, expresaron que las experiencias directas constituyen la mejor preparación, ya que permiten a los futuros docentes ver la escuela rural EIB como un espacio pedagógico complejo, desafiante y lleno de potencial, algo que en este caso no se estaba dando.
En ese ámbito, hay una figura que, al igual que las autoridades de un pueblo originario, cumple un rol preponderante en el trayecto escolar de un estudiante mbya, y que no está presente en una escuela común: el del ADI. “Reconocerlo como un coeducador fundamental, portador de saberes lingüísticos y culturales imprescindibles; observar y analizar estrategias concretas para el plurigrado y la enseñanza del bilingüismo; y fomentar una actitud de respeto, escucha y apertura hacia la diversidad cultural”, destacó Añais respecto de las aptitudes que los futuros docentes comienzan a comprender, vivenciar e incorporar.
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