Mientras defiende el arco de Argentinos, después de su salida de Boca, Sergio Romero no se olvida de los que quedaron del otro lado. Esta vez, el ex arquero del Xeneize levantó la voz para bancar a Agustín Marchesín, que viene atravesando semanas agitadas entre críticas y dudas sobre su rendimiento. “Se está siendo injusto con él”, marcó Chiquito, con la autoridad que da haber sentido ese mismo peso del arco azul y oro.
Marchesín llegó con chapa, jerarquía y el desafío enorme de reemplazar nada menos que a Romero. En sus primeros partidos respondió, mostró seguridad y reflejos, pero el tiempo le trajo alguna que otra mancha en el currículum reciente.
 Marchesin y otro traspiés en el arco de Boca, golazo de Rodrigo Insúa de treinta metros.
Marchesin y otro traspiés en el arco de Boca, golazo de Rodrigo Insúa de treinta metros. 
En Boca, ya se sabe, el margen de error es mínimo, y el murmullo siempre suena más fuerte que el aplauso. Por eso las palabras del ex uno de Boca no pasaron desapercibidas: fue un gesto de arquero a arquero, de uno que conoce la presión como pocos.
“Están siendo injustos con él»
“Creo que se está siendo injusto con Agustín Marchesín. Yo lo que quiero es que él se afiance en Boca y demuestre lo que demostró en Lanús y Santos Laguna. Es un tipo que atajó ni más ni menos que en Porto, no es uno más del montón”, dijo Chiquito en charla con DSports.
Romero también aprovechó para dejar una reflexión sobre lo que significa ese rol en Boca. “No sé si el arquero necesita una ovación, pero ya con un aplauso nosotros sentimos el respaldo de la gente y eso nos predispone de otra manera”, explicó, trazando una línea fina entre la confianza y el rendimiento.
 Marchesin, Javier García, Muñoez, Chiquito Romero y Brey, durante el Mundial de Clubes. Foto Prensa Boca
Marchesin, Javier García, Muñoez, Chiquito Romero y Brey, durante el Mundial de Clubes. Foto Prensa Boca
En medio de las críticas y la incertidumbre, Marchesín encontró un respaldo inesperado, pero valioso. De alguien que, más allá de haberle dejado su lugar, lo sigue bancando. Romero sabe lo que es tener que convencer a la Bombonera, lo que pesa cada pelota, lo que significa que un error se vuelva tema nacional. Por eso su mensaje tiene otro tono: el de un colega a otro.
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