Family Dollar deberá enfrentar las consecuencias de un problema detectado en sus tiendas de Arizona: cobraba a los clientes montos superiores a los anunciados en góndola. La diferencia entre el precio exhibido y el final al momento de pagar motivó una investigación estatal. Luego de varios meses de análisis, la empresa accedió a abonar una multa que alcanza los 600 mil dólares, en la que se contemplan sanciones, honorarios legales y acciones correctivas.
Cuestionamientos a Family en Arizona
La Oficina del Fiscal General de Arizona encabezó la investigación que reveló irregularidades en los montos cobrados por Family Dollar. Según declaró la fiscal Kris Mayes, en numerosas ocasiones los valores en las estanterías no coincidían con los registrados en caja.
La causa principal era una falla en la metodología interna: los precios en el sistema de cobro se modificaban antes de que el personal actualizara las etiquetas visibles para el público. Esta falta de coordinación ocasionó errores frecuentes y cargos indebidos en varios productos.
“Mantener de manera errónea los precios de los artículos es simplemente inaceptable”, sostuvo la fiscal general a través de un comunicado emitido esta semana por los canales oficiales del estado de Arizona. La situación generó malestar entre los consumidores y derivó en acciones legales, según comenta el medio 12News.
La sanción económica que alcanza los US$600 mil
El acuerdo firmado entre la fiscalía y Family Dollar contempla una multa civil de 275 mil dólares. A esa suma se añaden 25 mil dólares por honorarios legales y 300 mil dólares dirigidos a mejorar la formación del personal. En total, la cifra asciende a 600 mil dólares.
Este monto no solo busca penalizar el accionar de la compañía, sino también garantizar que no se repitan las fallas. Con los fondos asignados, se prevé implementar acciones preventivas y mecanismos de control. Parte del dinero se destinará a capacitar a los empleados en el procedimiento adecuado para actualizar los precios.
Family Dollar aceptó las condiciones establecidas en el acuerdo sin reconocer formalmente su responsabilidad, pero se comprometió a cumplir con todos los requerimientos definidos por la fiscalía estatal.
Una falla de coordinación, el origen del conflicto
El inconveniente surgió por la forma en que la empresa realizaba los ajustes de precios. Primero modificaba los valores en el sistema de cobro y, tiempo después, cambiaba las etiquetas en las góndolas. Este desajuste perjudicaba al cliente, quien confiaba en los precios a la vista.
El problema se identificó en distintas sucursales de Arizona. Aunque las autoridades no calificaron la práctica como intencional, sí la consideraron negligente. Para el estado, cualquier diferencia entre lo anunciado y lo cobrado representa una falla seria en la relación comercial.
La ausencia de mecanismos que aseguraran coherencia entre los precios fue una de las razones principales para avanzar con acciones legales. La fiscalía remarcó que estos errores, aunque parezcan menores, deterioran la confianza del consumidor y deben ser solucionados con rapidez.
Controles reforzados y políticas nuevas
Como parte del compromiso firmado con las autoridades, Family Dollar deberá implementar nuevas medidas de fiscalización. Una de las principales será la formación obligatoria de todo su personal en Arizona. El objetivo es que cada trabajador comprenda cómo aplicar correctamente los cambios de precio, tanto en el sistema como en las etiquetas visibles.
Adicionalmente, la compañía colocará carteles informativos en las cajas registradoras. Allí se indicará que, en caso de discrepancias entre el precio en góndola y el cobrado al pagar, el cliente tiene derecho a abonar el monto menor.
Family Dollar también deberá enviar reportes periódicos a la fiscalía. Estos informes deberán acreditar que se están cumpliendo las políticas de fijación de precios y que las modificaciones se aplican de forma coherente y transparente.